miércoles, 2 de marzo de 2011

Los abajo firmantes, escritoras y escritores argentinos, mujeres y hombres de la cultura, manifestamos nuestro profundo desagrado y malestar...



Los abajo firmantes, escritoras y escritores argentinos, mujeres y hombres de la cultura, manifestamos nuestro profundo desagrado y malestar ante la designación del escritor Mario Vargas Llosa, por parte de la Fundación El Libro, para inaugurar la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Convertido desde hace años en vocero de los grupos multinacionales editoriales y mediáticos, de un supuesto “liberalismo” de sometimiento y depredación, y de la oposición a lo que ellos denominan “gobiernos populistas” en América latina, Mario Vargas Llosa se ha ensañado de modo muy particular con nuestro país y nuestra sociedad, en declaraciones vastamente difundidas por esos mismos medios.

En consecuencia, nos parece que dicha designación es no sólo inoportuna sino también agraviante para la cultura nacional y para con las preferencias democráticas y mayoritarias de nuestro pueblo.

Vicente Battista, José Pablo Feinmann, Ricardo Forster, Mario Goloboff, Horacio González, Juano Villafañe...

1 comentario:

  1. Hace algunos días Mario Vargas Llosa adquirió en la Argentina gran notoriedad gracias a la torpe simpleza del director de la Biblioteca Nacional Horacio González. En este caso toda su sociología no le sirvió para percibir el impacto “social” que tendría intentar escrachar o impedir que el reciente premio Nobel de literatura inaugurara la Feria del Libro. Tenía razón Borges cuando decía que “la sociología si existe es una rama de la literatura fantástica”, aunque quienes la utilizan pueden demostrar poca imaginación…
    La presidenta Cristina Fernández, se encargó de poner en caja tanto desatino intelectual y el caso no da para más.
    Sin embargo deseo profundizar un aspecto de la “impericia” de González. Vargas Llosa al margen de su consecuente ideario liberal democrático a ultranza de los últimos tiempos, es uno de los grandes escritores, de la generación surgida en los 50/60/70, impulsores en Latinoamérica de una literatura original, nacional, profundamente comprometida con la realidad política y social de estas tierras. Fue la oleada de los Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez, Manuel Scorza, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Jorge Amado, Alejo Carpentier, Augusto Céspedes –por supuesto Mario Vargas Llosa- para nombrar solo algunos entre los más conocidos.
    Ellos, desde las letras fueron protagonistas del impulso nacional y popular que recorrió nuestro sur en aquellos años: Juan Domingo Perón, Salvador Allende, Juan Velazco Alvarado, Alfredo Ovando Candía, Juan José Torres, Omar Torrijos, José María Velazco Ibarra, el crecimiento del Frente Amplio liderado por Liber Seregni y algunos otros. Sin embargo debemos tener la sinceridad histórica de asumir que la política de los 70’ tan mentada hoy por maduros jóvenes…de aquella época, fracasó por diversos motivos que no son objeto de este análisis. Todos los nombrados fueron derrocados, en algunos casos asesinados y en nuestro caso la sucesora de Perón, Isabel, fue destituida por el golpe más salvaje del siglo XX en nuestro país. Hubo un quiebre político, social y económico con las ultimas dictaduras militares.
    No obstante, las letras, estimuladas por escritores de la nueva generación, humedecieron y fructificaron entre los intersticios de la cultura nacional y popular, colaborando para sostener el espíritu de rebeldía ante gobiernos insensibles, represivos y antinacionales. Los textos de Vargas Llosa no fueron la excepción y esto es algo que González no debería desconocer.
    La literatura es uno más de los hilos invisibles que unen culturalmente a nuestra América, entre otros motivos por el idioma, formidable arma entregada por quienes supieron dominar estos lares. Dicho sea de paso es la Argentina uno de los países en el que lo europeo mayor influencia conserva: tenemos a un complicado Ernesto Sábato o a Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, a quienes los alteraba ser argentinos. El primero de ellos reclamó que sus huesos durmieran en Ginebra –tierra de Calvino- y el segundo vivió casi la mitad de su vida en París para terminar siendo ciudadano franco-argentino. En todo caso podemos decir que Borges era representativo (a partir de los años 35 aproximadamente) de la intelligentzia europeizada del puerto. Cortázar tuvo matices más modernos: odió al peronismo, expresión popular argentina, pero apoyó a la revolución cubana y nicaragüense desde su amada y opulenta Francia, al tiempo que regalaba parte de sus derechos de autor para los presos políticos argentinos de la dictadura, pero también de 1973/74 ¡!
    El caso es que el exabrupto de Horacio González es además de tal, “inadecuado” ya que lo realiza cuando el Nobel peruano acaba de publicar una magnífica novela de denuncia, del colonialismo europeo, el capitalismo salvaje, la complicidad, en ocasiones, de los gobiernos latinoamericanos con ambos y la perversión del imperialismo británico. Desconocemos si subjetivamente el escritor pretendía esto o lo suyo fue solo arte.
    Seguir leyendo en: http://nexosuramericano.blogspot.com/2011/03/england-doesnt-forgive.html

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