miércoles, 23 de julio de 2014

Eduardo Galeano, guerras voraces

GUERRAS VORACES

En 1975, el rey de Marruecos invadió la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población.

El Sáhara es, ahora, la última colonia de África.

Marruecos le niega el derecho de elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor intención de devolverlo.

Los saharauis, los hijos de las nubes, los perseguidores de la lluvia, están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón, mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto.

Mil y una veces, también, las Naciones Unidas se han pronunciado contra la usurpación israelí de la patria palestina.

En 1948, la fundación del Estado de Israel implicó la expulsión de ochocientos mil palestinos. Los palestinos desalojados se llevaron las llaves de sus casas, como habían hecho, siglos antes, los judíos que España echó. Los judíos nunca pudieron volver a España. Los palestinos nunca pudieron volver a Palestina.

Los que se quedaron fueron condenados a vivir humillados en territorios que las continuas invasiones van encogiendo cada día.

Susan Abdallah, palestina, conoce la receta para fabricar un terrorista:

“Despójelo de agua y de comida.
Rodee su casa con armas de guerra.
Atáquelo por todos los medios y a todas las horas, especialmente en las noches.
Demuela su casa, arrase su tierra cultivada, mate a sus queridos, especialmente a los niños, o déjelos mutilados. 
Felicitaciones: ha creado usted un ejército de hombres-bomba.”


En “Espejos. Una historia casi universal”.

Si Heima, tiramos y lloramos

Si Heima, tiramos y lloramos

TIRAMOS Y LLORAMOS

El barrendero me contó
que en su pueblo todo cambió,
la vida parece diferente
a la sombra de la basura.
Y en mi casa la ventana está rota,
Tel Aviv se abalanza desde adentro
hasta su olor cambió.
Siento el peligro.
Niños juegan con azufre
niñas con muñecas de acero
la vida me parece diferente
a la sombra de la basura.
No me importa para nada
quién ganará ahora.
El mundo que yo tenía no existe más
y la luz grande se apagó.
Disparamos y lloramos
quemamos y nos reímos,
¿Cuándo aprendimos a enterrar gente viva?
¿Cuándo olvidamos que también nos mataron niños?
Aquí en la ciudad todo es diferente
atada al piso en un envoltorio de celofán espero el tren...
¿Cuánto tiempo tendré que esperar
para ver qué pasará,
hasta cuando esperaremos
y lloraremos por lo que pasa?
Ambos extremos sólo quieren vivir.
Con este miedo ya no se puede ver nada,
queremos un refugio
de toda la lucha
tan poco me importa quién es el fuerte...
Disparamos y lloramos
quemamos y nos reímos.
¿Cuándo aprendimos a enterrar gente viva?
¿Cuándo olvidamos que también nos mataron niños?




“A raíz de la invasión israelí al Líbano en 1982 la cantante israelí Si Heima compuso la canción "Tiramos y lloramos". Muy dura y actual.” Pedro Brieger, periodista. 

<iframe width="420" height="315" src="//www.youtube.com/embed/sQ52NvoNXGo" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

martes, 22 de julio de 2014

Vicente Zito Lema, canto urgente por Palestina


CANTO DE URGENCIA POR PALESTINA

Clamando al cielo desde la belleza opacada de la tierra,
el último sostén cuando la negrura del horror
mortifica aun las nubes, las espanta, son pájaros,
también a los pálidos rocíos, los últimos rocíos, los espanta,
entre espasmos de sangre…
Urgiendo como caballos a la Diosa Justicia, que nació de un vientre
de muerte y quiso ser humana, y tener pasiones,
y que todavía entre ahogos y balbuceos
pugna por respirar, por existir, sea de a poco,
en un tiempo de ferocidad infinita…
de monstruos que trafican cadáveres,
tanto como el oro…
Subidos en la montaña de todas las lágrimas,
y de cada uno de los furores que ponen alas
en la mañana del mañana
a las pacientes lágrimas…
Te decimos Palestina: ¡Gloria a vos!
¡Con toda voz!
También con piedras y con flores para las tumbas,
Que no son tumbas
Son altares de belleza
Son monumentos de memoria
Son dolor a marejadas
Sal que quiere más sal para gritar
desde la herida abierta
como una mar de luz que no cesa, abierta…
¡Gloria Palestina! Amada y mía,
sin nunca verte, con siempre verte…
Tu dolor te vuelve eterna de jazmines, Palestina.
Sin agua y sin comida, seca y roca, Palestina…
Tu pañuelo honra nuestra cabeza, no hay otra diadema…
Tu martirio es un sol de soles, del este y del oeste,
y de la mejor luna, tu pura luna,
luminosa eres, Palestina… gimes con nosotros
y entre nosotros, besamos tu celeste frente, Palestina,
te honramos…
Ese dolor de bombas y misiles, que golpea
es ahora el río del alma donde ahora navegamos
con vos, hacia tu destino de patria…
Llevanos…
Llevanos…
Somos tu agua, Palestina…
Gloria a Palestina
Y maldito seas entre todos los malditos
que la memoria registra
maldito Estado de Israel…
Que humillas a la humanidad en lo que tiene de humano
(hablo de un sueño, también de un murmullo de amor)
Que conviertes en cenizas los papiros de dolor
del viejo pueblo judío…
Que degradas la civilización y te vuelves
realeza de barbarie, holocausto del otro
ese otro que alguna vez fuiste y que ahora
te mira y te ve convertido en su verdugo
¡Has enloquecido y mal de mal Estado de Israel!
¡Has devorado la vida y convertido en sombra
de tu propia muerte!
¡Prendiste fuego al árbol de la vida Estado de Israel!
con la ciega arrogancia del que se puso
fuera del bien y del mal
y de todos los contratos que el hombre
cultivó en el jardín de las palabras
Estás ciego Estado de Israel, ciego de
ciegos de toda ceguera,
eres más que noche…
puro vacío…
mismidad del vacío
allí en el centro de la soledad y del silencio
que se sabe silencio…
¡Gloria Palestina!
¡Y amor para los niños de Gaza masacrados
por el ejército del Estado de Israel!
Esas almitas que todavía tiemblan
Junto a los cuerpitos vacíos
de tanta sangra perdida
Esos niños de Gaza miran al mundo con
nuestros ojos
cuentan su espanto desde nuestras bocas
más que nunca pobres
para nombrar el espanto…
No cerremos los ojos
sin clausuras nuestros labios (la muerte ya
no es cruel, simplemente fría)
¿Quién tejerá los recuerdos
mientras las nubes pasan y pasan,
los cielos continúan con su belleza
y los niños de Gaza son polvo sobre la tierra
humillada y polvorienta…?




Foto: PressTV.