miércoles, 25 de febrero de 2015

Leopoldo Marechal, Mis hermanos pelarán la fruta del mundo, la más roja...


CANCIÓN

El Río de tu Sueño cantará el abecedario del agua.
Tendrá árboles, como llamas verdes
chisporroteando alondras;
y altos bambúes cazarán el girasol de las lunas
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.

El alba será un loto que perfuma
la muerte de tus noches;
de picotear estrellas estarán ebrios tus pájaro-moscas.
Habrá remansos y un polen que hace dormir al viento
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.

Con mi remo al hombro he visto zarpar cien días.
Mis hermanos pelarán la fruta del mundo, la más roja...
Con mi remo inútil, a lo largo de las noches,
busco el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.


En “Días como flechas”, 1926.

Leopoldo Marechal (Buenos Aires, 1900 – 1970).

lunes, 23 de febrero de 2015

Alejandro C. Tarruella, Vida, luchas y pensamiento de Cacho El Kadri

 CAPÍTULO IV

EL FRIGORÍFICO LISANDRO DE LA TORRE
Y LA ARMADA BRANCALEONE


No me olvides, / no me olvides. /
Es la flor del que se fue. /
Nomeolvides, nomeolvides. / Nomeolvides. /
Volveremos otra vez.
Arturo Jauretche

     UN POLICÍA PERONISTA

     Frondizi cerró el frigorífico Lisandro de La Torre para privatizarlo, y en enero de 1959 fue tomado por los trabajadores.
     Cacho viviría allí uno de los momentos más importantes de su vida. Su JP, con diferencias, ya era respetada por la Resistencia. No había necesidad de mostrar líderes, con Perón bastaba, y la JP sostenía las banderas. Cacho se unió a Cooke, a Sebastián Borro y a Saúl Ubaldini, que trabajaba en el frigorífico. Cooke intentó la huelga insurreccional, para que Frondizi anulara el cierre, y discutía con el Consejo Coordinador peronista, hundido en una negociación vergonzante. En 1958, Perón había delegado la conducción política y táctica del Movimiento en el Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo, cuyo responsable máximo fue el ingeniero Alberto Iturbe, quien, alejado de la línea combativa que representaba la Resistencia, sería cuestionado por su acercamiento al gobierno de Frondizi, por intentar ablandarlo negociando cuotas de participación política.
“El Consejo Coordinador no sabe lo que pasó, porque hasta para hacer manifiestos hay que salir de debajo de la cama”, dijo Perón con la voz castigada por las controversias.
Sebastián Borro fue a Olivos, habló con Frondizi y se negó a negociar la privatización. Cacho, Rulli, Rearte, Tito Bevilacqua y Vallese no perdían el tiempo y se hacían fuertes en Mataderos. En ese momento, Cacho escribía en el periódico Trinchera, de Tulli Ferrari, que repartían a cara de perro en la calle Corrientes con los hermanos Bevilacqua, Susana Valle y Osvaldo Agosto. Con el Plan CONINTES, Frondizi, apremiado por los militares y el general Carlos Toranzo Montero, puso la policía bajo jurisdicción militar. Mientras el frigorífico Lisandro de la Torre estuvo cerrado, la policía baleó y detuvo a Gustavo Rearte.El Kadri le diría a Roberto Baschetti: “Sebastián Borro y sus compañeros habían tomado el frigorífico y se habían atrincherado adentro.
     Después vinieron tropas del Ejército, de Gendarmería, tanques y todo eso, que rompieron las barreras, entraron y apalearon a todo el mundo y los metieron a todos presos… En esas pequeñas escaramuzas que hacíamos rompíamos todos los faroles de Mataderos, para que quedara el barrio a oscuras y poder movernos mejor”.
En ese escenario se produjo un hecho que El Kadri revelaría a Mona Moncalvillo cuando Borro y su gente permanecían atrincherados en el frigorífico: “El grupo nuestro desarmó a un policía. El policía vino como veinte cuadras corriendo atrás nuestro, gritando que le devolviéramos la pistola, que si no se la iban a hacer pagar. Y al final los muchachos se apiadaron y se la devolvieron. Hoy parece una cosa insólita, pero nosotros decíamos ‘bueno, es un trabajador… la policía es peronista… son como nosotros’.
     Es decir, había un profundo respeto por la vida y por la integridad física de los demás. No nos visualizábamos desde la perspectiva que, lamentablemente, después se dio: la ‘eliminación’… Porque se comienza eliminando a los enemigos y después se termina… ajusticiando a los propios compañeros que disienten con una línea o que, supuestamente, son traidores o pueden delatar algo o poner en peligro algo…”.
     El Kadri establecía un límite ético, que Camus hubiera resaltado: “La integridad no está sujeta a reglas”.
Fracasada la experiencia del Lisandro de la Torre, el grupo de Corrientes y Esmeralda trabajaba sobre la pizarra del diario La Prensa, en Avenida de Mayo. Nuevos jóvenes, como Carlos Aznares, con 15 años en 1960, se ajustaban una flor de nomeolvides a la ropa e iban a promover la discusión. Dice Aznares: “Lo conocí a Cacho en 1960, yo vivía en Palermo, cerca de Las Cañitas, y mi familia era peronista. Iba por la tarde a la pizarra de La Prensa. Ahí estaban Cacho El Kadri, el Petiso Spina, Rodolfo Bay, Ofo, Dulce de Leche Ibarra (de la JPR del Pájaro Villalón) y Tito Bevilacqua. Un día, Cacho me llevó a la unidad básica clandestina de Mataderos y conocí a Sebastián Borro. Era entrador y hablaba fácil”. Osvaldo Agosto, cuya hermana, Inés, estudiaba asistencia social con Sara, hermana de Cacho, contó que en esos días “Cacho tenía un local en Primera Junta con ex liceístas, adonde fuimos una vez de noche a buscar armas y había solo un revólver 38 herrumbrado, que no funcionaba”. La fe superaba a la realidad; por entonces, El Kadri resultaba ya amistoso para los peronistas y peligroso para los servicios de inteligencia.


     1960: DE FLORIDA A LA GUARDIA DE EZEIZA


     Otro histórico peronista, Miguel Sanjaume, conoció a El Kadri a principios de los sesenta en la Juventud Peronista. Dice: “Cacho iba a casa del Gordo y trataban la unidad de la JP. Le preocupaban la vuelta de Perón, organizar a la JP, la ideología del Comando de Organización y Brito Lima, las diferencias con ANDE (Agrupación Nacional de Estudiantes), que estaba en Derecho y en Filosofía, con Esteban Tancoff y Hugo Chumbita, que lo enfrentaban. Íbamos con Cacho a La Paz, La Comedia o La Academia. Yo tenía un kiosco de diarios en Corrientes y Paraná; vendía libros de Ediciones en Lenguas Extranjeras de Pekín, traídos de Montevideo. Cacho compraba siempre, era un gran lector”. El Kadri se movía en todo el peronismo; negociaba con Vandor o debatía con Cooke, decidido a encarar la lucha armada, hacia donde se deslizaban los jóvenes en tanto el régimen alucinaba la represión. Destacaba que a la Resistencia la hacían “esos sujetos históricos de carne y hueso, esa clase obrera que muchos mentaban como la protagonista del proceso revolucionario, pero solamente en los papeles. Esos descamisados hacían huelgas aunque estaban prohibidas, y hasta las ganaban, robaban gelinita en las canteras, fabricaban ‘miguelitos’ y ‘caños’ en fábricas y talleres, con la participación de todos en una suerte de Fuenteovejuna proletaria, reconquistaban los sindicatos intervenidos y los ponían a disposición de la lucha por el retorno de Perón, tomaban el barrio de Mataderos para defender el Frigorífico Nacional, se alzaban en los montes tucumanos con la guerrilla del Uturunco, y en Mendoza con el Ejército Guerrillero Andino (1959)… Un solo dato ratifica esta composición de clase de la Resistencia peronista: en 1962, sobre casi tres mil detenidos por el Plan CONINTES, había solo una docena de estudiantes universitarios”.
     En aquel controvertido 1960, Gustavo Rearte, El Kadri, Rulli, Vallese, un joven apodado el Petitero y Tito Bevilacqua harían una de las primeras acciones armadas de la Resistencia. Con el nombre de un presunto Ejército Peronista de Liberación Nacional (EPLN), atacaron la guardia de la Aeronáutica de Ciudad Evita en los monoblocks del peronismo.
     —Somos guerrilleros del Ejército Peronista de Liberación Nacional. Somos peronistas y luchamos por el retorno del general Perón —se anunciaron y los dos colimbas enmudecieron de miedo al verlos con brazaletes y leer las siglas: EPLN, que confeccionó Beatriz Bechy Fortunato, luego esposa de Rulli.
Al mando de Gustavo Rearte, redujeron a la guardia, tomaron dos subametralladoras PAM, uniformes y municiones. El Kadri intentó amarrar a un soldado, le pidió que se desate, el joven lo hizo y tuvo que atarlo otra vez. Cacho recordaría la huida desordenada. “¡A los camiones!”, gritó para dar idea de organización. Atemorizados, subieron a un colectivo de la línea 406, olvidando que habían acordado no usar esa vía para huir; era una escena del neorrealismo italiano. Atacaron ese objetivo porque lo consideraron un punto frágil. El hecho sacudió a los medios de comunicación de la época y los jóvenes se envalentonaron. Pronto intentarían otra acción militar, de carácter político, con militares caídos en desgracia en 1955.


     PARA IÑÍGUEZ, ROSARIO ES PELIGROSO


     El operativo de levantamiento militar de Rosario, otro capítulo en las acciones con las que alucinaban un pronto retorno de Perón, fue un fiasco. Los jóvenes esperaban lanzar la insurrección con dos hechos. El primero, en Rosario, que precedería a las acciones en Buenos Aires, ocurrió al alba del 29 de noviembre de 1960, cuando el general Iñíguez se lanzó a la toma de un cuartel en aquella ciudad, con la esperanza de inducir una rebelión popular. La improvisación los arrastró a un resultado penoso. Esas acciones formaban parte de un itinerario atolondrado de hechos que muchas veces se lanzaban a tontas y a locas. El Comando Nacional Peronista de Marcos creó poco antes un plan denominado “Chipre” —por el general griego Giorgio Grivas, quien luchó contra los turcos en la recuperación de esa isla— destinado a desarrollar conflictos en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, y dejar una zona “liberada”, Jujuy, donde eventualmente recalaría el general Perón para iniciar la insurrección. Iñíguez en Rosario, y El Kadri, Rearte y los jóvenes peronistas en Buenos Aires fueron parte de ese desaguisado.
     En la acción caería el sindicalista Amado Olmos. En Buenos Aires, Cacho y los muchachos recorrían la ciudad en un micro escolar que recogería compañeros una vez que Iñíguez tomara el Regimiento N° 11 de Infantería de Rosario.
“A los ponchazos”, la JP organizaba comandos para custodiar embajadas e impedir la huida de funcionarios de Frondizi. Jorge Di Pascuale recordaría que la estrategia fue esperar a los militares en la calle; la vigilia se hizo en el Sindicato del Aceite. El ataque de Iñíguez fue resistido por militares que, al amanecer, combatían en calzoncillos.
Muchos rebeldes se rindieron y otros huyeron al primer balazo. Iñíguez se replegó como pudo y escapó “… escondido en la caja de un camión de verduras”. En la aventura, pasado de copas, murió el coronel Barredo.

 
     LA CÁRCEL, ESCUELA DE ADVERSIDAD


     El 29 de noviembre de 1960, la policía llegó a la casa de la familia El Kadri en la calle Pedernera, en Flores, y apresó a Cacho por el Plan CONINTES. Sería condenado a cinco años de prisión por tenencia de armas y explosivos. Con los vecinos en la calle y Ester llorando, los policías se lo llevaron. En Coordinación Federal se enteró de que lo habían delatado por su seudónimo de militancia, Zeke, que llevó a que la policía lo confundiera con Saúl Hecker, militante del grupo Praxis que pasó a la resistencia. Cacho fue torturado durante una semana y se negó a declarar ante el Consejo de Guerra, en Palermo, amparándose en la inconstitucionalidad del tribunal.
     —Yo soy cadete del Liceo Militar y me parece una vergüenza, un deshonor que los militares sean torturadores. Yo no lo podía creer cuando leía que ustedes eran torturadores, pero ahora me doy cuenta de que es verdad —gritaba.
     —Te vamos a fusilar, hijo de puta— lo amenazaron.
     El Kadri estuvo preso en Caseros, Neuquén y Santa Rosa, La Pampa. “Viví la cárcel como una gran escuela, compartiendo, con otros compañeros, charlas reveladoras de viejos militantes, y de esa experiencia política aprendí, no se aprende en las universidades”, recordaría. Su carrera de abogado quedó trunca por la prohibición de estudiar que regía entonces.
     De los presos, cinco eran universitarios, la mayoría eran trabajadores con pasado político sindical. En prisión, durante el gobierno de Guido, Cacho denunció los sufrimientos de Jorge Rulli, que perdió un riñón por la tortura, y el coma que padeció Carlos Caride. Fernando Torres, abogado de la UOM, presentó ante la justicia 2.500 hábeas corpus por los detenidos del CONINTES revelando las torturas.
Ester El Kadri contó que “las amigas de mis hijas iban a visitar al hermano a la cárcel. Él estaba en Caseros. Ya la de Las Heras se iba a derrumbar, que ahí había estado Rulli. Y bueno, Envar estuvo preso con Armando Cabo, por supuesto que con Rearte, Caride también estuvo… También estaba Jorge Di Pascuale, que ahí lo conocí tan profundamente, una persona tan regia que era de espíritu y de alma. Lo mismo que don Armando, la señora se quedaba acá con nosotros en casa, paraba con nosotros, excelente persona Doña Blanca”. Cacho tuvo vínculos femeninos en La Pampa; los muchachos eran pura pasión política y no pensaban en formar un hogar.
     En prisión, El Kadri recibiría una noticia que lo conmovería y lo llevaría a la acción. En la segunda semana de junio de 1961, Gustavo Rearte fue encomendado por él y por Rulli para viajar a Montevideo a entrevistar a un grupo de jóvenes encabezados por Raúl Sendic, Pepe Mujica, el Ñato Huidobro y otros, que estaban iniciando el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Al regresar Rearte de Montevideo, el 15 de junio de 1961, Frondizi, por Decreto 4788, ordenó su detención para ponerlo a disposición del Poder Ejecutivo Nacional por el CONINTES. Ese mismo día, en la esquina de Rodríguez Peña y Sarmiento, fue baleado por la espalda por efectivos de Coordinación Federal, que lo dejaron en el piso desangrándose. La intervención de los transeúntes permitió que se lo trasladara al Hospital Rawson, en donde el padre Sánchez, luego de darle en tres oportunidades la extremaunción, defendió su vida ante los policías. Héctor Spina y Margarita F. de Contursi, por la Comisión de Familiares de Detenidos (COFADE), impidieron luego su traslado, destinado a acabar con su vida. Sánchez se responsabilizó luego del traslado, y así se le salvó la vida. En la cárcel, El Kadri impulsó la denuncia del hecho junto con otros acontecimientos semejantes. El proceder que adoptaría la represión de los 70, representado en la impunidad policial para matar a activistas políticos, se gestaba, de esta manera, en la sucesión de gobiernos que habían nacido de golpes de Estado y también de gobiernos que tenían una relativa legitimidad.
     Cacho supo por su familia que, a la caída de Rearte, se había hecho un intento de rescatarlo del Hospital Rawson. Su hermano Pocho reunió a varios muchachos y fueron personalmente al nosocomio, donde conocían a algunos médicos. “Muchachos, si se lo llevan en el estado en que está, con cinco balazos en el cuerpo, Gustavo se muere. Necesita atención médica permanente, no puede salir con vida de aquí”, les dijo un amigo en el hospital. Presos en la Penitenciaría Nacional de Las Heras, Rulli y el Petiso Spina estudiaban cómo rescatarlo. En esos días los trasladaron a la unidad del Primer Cuerpo de Ejército, en Palermo. José Luis Nell, amigo de Cacho, se juntó con otros compañeros y, un día de lluvia, el grupo se preparó para rescatarlos. 
     Según la información con que contaban, serían llevados hasta allí con custodia. A tiempo se enteraron de que ellos no iban en el vehículo y aplazaron la operación. Cuando le contaron esa historia a Cacho, exclamó ante sus compañeros de presidio: “¡Muchachos, ya parecemos Iñíguez!”.
     En Caseros, Cacho supo del secuestro y desaparición de Felipe Vallese, ocurrido el 23 de agosto de 1962, y quedó consternado. Cada semana recibía una selección de los artículos del diario La Prensa, que le llevaba Ester. Lo conmovió leer una nota sobre una maestra que llevó a sus alumnos a la sede de ese diario, en Avenida de Mayo al 500, y le escribió una carta. Su respuesta lo sorprendió. Ella se llamaba Mirta y Cacho decidió enviarle un poema en lunfardo.
     En prisión, el amor tenía un vuelo semejante al de la pasión política en el corazón de los hombres. Le escribió: “En este chamuyo reo / con respeto le diré / el amor de un hombre niño / por una niña mujer. / En entreveros y aprietos, / el primero siempre fui / y la yuta me dio la naca / por seguir un ideal, / no dejé de ser un taura / ni en la parada aflojé. / Entre scruchantes y logis / entre malandras y ortivas / enfriaba yo los días. / Minga de alegría o de pasión. / Ninguna feba / encendía mi metejón. / En la mula vi una foto. / Entre canguelas y angelitos / entre pastencas y pamelas / encontré ahí tus ojitos / que al zurdo encanaron / sin pogru ni escrusho. / Batacazo tu rayito de sol / hermoso como una flor, / que en sus letras mostraba / la dulzura del Amor… / Ahí nomás, el bobo se descarriló”. Al salir de prisión, el amor no prosperó, pero la política resguardó esa emoción.
     El Kadri escribía un “Cuaderno de Miguelito” y sugería a los detenidos compartir todo. Propuso el lunfardo y contar contiendas con la policía para ganar prestigio. “Cacho quería —contó Horacio Ríos— que sus compañeros no sufrieran la mitología carcelaria. Era una respuesta artística política desde lo cotidiano para unir a compañeros (…) Él vivió preso la caída de Frondizi, la asunción de José María Guido, el conflicto de azules y colorados y la muerte de Felipe. Perón lo acompañó en su lucha. Ester le escribió y él respondió en mayo de 1963. El presidente Guido dictó una amnistía, pero Cacho salió de prisión a la muerte de su hermano Omar, con 22 años”.
     En ese punto de su camino, la Resistencia peronista tal como la conoció El Kadri, espontánea, desgarbada e incansable, había terminado. Las alianzas y rupturas, atravesadas por el fracaso común de los que detentaban el poder en el Movimiento y del peronismo de la adversidad, hicieron de la época un desierto en el que había que superar el viento y la arena. El Ejército retrocedía históricamente, pero golpeando, el radicalismo —fuera con Frondizi o con Balbín— solo tenía fe en ganar posiciones en el entrevero de intereses, pero carecía de estrategas. Yrigoyen había muerto hacía décadas y parecían olvidarlo. El sindicalismo que tenía sus bases en la UOM jugaba a golpear, negociar, barajar y dar de nuevo. Los espacios urbanos tenían entonces otro rostro: “Las ciudades destruyen las costumbres”, según decía José Alfredo Jiménez. En el país ocurrían a veces cosas increíbles, como que el flanco liberal del Ejército hubiera apañado el surgimiento de una guerrilla paraguaya, hecho que sucedió en esos años.


     EL LEGADO
  
     "Envar Cacho El Kadri merecía que alguien hiciera un trabajo sobre su vida de luchas, sus padeceres y su pensamiento. Lo he intentado, y serán los lectores quienes sinteticen una opinión válida... El Kadri fue un hombre sencillo y humilde, algo que lo distingue de tanta dirigencia exultante, hija, frecuentemente, de un facilismo institucional que le da lugar a pesar de su reducido peso en la sociedad. Jamás usó su pensamiento para imponerse. Su presencia dejaba una impronta tanto en los que compartían su proyecto político como en dictadores y falsos jefazos", señala el peridista y escritor Alejandro Tarruella (autor de la Historias secretas del peronismo, Guardia de Hierro, de Perón a Kirchner y Los terratenientes, entre otros) en la presentación del libro.


“Vida, luchas y pensamiento de Cacho El Kadri” de Alejandro C. Tarruella,
Editado por Sudamericana, el libro repasa la trayectoria, las tensiones históricas que la atravesaron y las impresiones acerca del camino que emprendió con una actitud ética y humana uno de los grandes referentes del peronismo.

Fuente: Tiempo Argentino, sábado 21 de Febrero de 2015

domingo, 22 de febrero de 2015

Cristina Fernández de Kirchner y el 18F, bautismo de fuego del partido judicial


EL 18F, BAUTISMO DE FUEGO DEL PARTIDO JUDICIAL
De jueces y fiscales. De marchas y números. De Nisman a Pollicita.

Breve introducción y alguna reflexión

Me contaban que en los últimos días, cuando terminaba de hablar en algún acto oficial, TN, el cable del monopolio Clarín, titulaba: “No mencionó a Nisman”, “No habló de la marcha del 18F”.

Es cierto que cuando hablo por cadena nacional se les dificulta apenas un poquito la tarea destructiva y depredadora de lo institucional. Pero la libertad de prensa, por suerte, no sufre mella. La cadena nacional del desánimo y el odio, comandada por Clarín, goza del privilegio de la libre expresión los 365 días del año durante las 24 horas.

Pero volviendo al reproche que se me hacía por mi “silencio”, resulta curioso que cuando hablo de lo que algunos no quieren, un fiscal me exige que me calle, y cuando no hablo de lo que ellos quieren, me reclaman que hable. En síntesis: la palabra y el silencio parecen tener dueños en la Argentina.

En realidad, como ciudadana antes que como Presidenta, siempre he tenido la costumbre de analizar, evaluar, y luego opinar sobre cualquier hecho una vez que este ocurre. Es una sana costumbre que no pienso abandonar.





miércoles, 18 de febrero de 2015

Horacio Verbitsky, entrevista a una Gorila


BEATRIZ GUIDO  ENTREVISTADA POR HORACIO VERBITSKY


                                                                    Revista Confirmado, Nº 56, 14 de julio de 1966. 



CONFIRMADO: –¿Cómo caracterizaría a su generación?
BEATRIZ GUIDO: –Por el resentimiento.

C.: –Resentimiento ¿por qué?
B.G.: –Pertenezco a una generación marcada por el antiperonismo, por el fubismo.

C.: –¿Usted fue de la FUBA?
B.G.: –Sí, cuando estudiaba Filosofía y Letras, alrededor de 1941. Yo, David Viñas, el Che Guevara, Ramón Alcalde, pertenecemos a esa misma generación golpeada, resentida. No teníamos más remedio que ser antiperonistas, pero eso nos cerró las posibilidades de expresión. Hubiéramos podido publicar, pero a ninguno de nosotros se le hubiese ocurrido colaborar en la prensa peronista. Incluso nos llamaban, pero nos negábamos.

C.: –¿Por qué?
B.G.: –Eso es lo que nos preguntan todos los jóvenes de hoy, una generación que no tiene esa problemática. El Che Guevara luchó contra Perón, en las calles de Buenos Aires, en Bartolomé Mitre, en Cangallo. Era un fubista de la Facultad de Derecho. Los que hoy tienen entre 18 y 30 años no son resentidos ni se sienten enjuiciados como nosotros. Mi generación comenzó a hacerse conocer poco antes de la caída de Perón. Yo, en 1954, gané el premio Emecé, en un concurso en el que salió segundo Dalmiro Sáenz. Sé lo que cuesta ganar un concurso literario.

C.: –¿Qué le costó ganar ese concurso?
B.G.: –Muchísimo. ¡Fue tan fácil!: era amiga de todos los jurados. Los concursos son tremendos. A mí me premiaron por amiguismo, y cuando yo fui jurado premié también a amigos.

C.: –¿A quiénes?
B.G.: –Qué importa... lo grave no es eso.

C.: –¿Qué es lo grave?
B.G.: –Que por ayudar a amigos que eran escritores menores, dejé pasar un libro de Cortázar sin premiar. ¡Qué generación! Yo publiqué en el ’54, en el ’56 David Viñas ganó el premio Kraft, después Marco Denevi. Eramos todos los que nos habíamos abstenido durante el peronismo, como todo el estudiantado. Las únicas vías de expresión eran Sur y La Nación. Había que esperar años de turno.

C.: –¿Por eso son resentidos?
B.G.: –Es que todo lo que hacemos está manchado de antiperonismo. Hasta el libro de Sebreli sobre Eva Perón. No hay nada más terrible, está lleno de desprecio. En cambio, tengo fe en el libro de Viñas.

C.: –¿No dijo antes que Viñas pertenece a esa misma generación resentida?
B.G.: –Sí, pero sé que tiene dudas, piensa muy bien y va a dar toda su verdad. ¡Es tan serio David! Mire, de Estados Unidos traje un contrato en blanco para editar su libro sobre Eva Perón, simultáneamente en inglés y en castellano. Y ¿sabe qué dijo? Que no, que tiene dudas y quiere madurar más el tema. Se pierde una punta de miles de dólares. 


C.: –Hay algo que todavía no le entendí: ¿piensa que está bien o que está mal ese antiperonismo?
B.G.: –Ni bien ni mal. Lo que pasa es que nosotros, aunque querramos reconocer los méritos del peronismo, lo único que hacemos es pactar. Y es un pacto deshonesto. Somos una generación endeble: queremos acercarnos al peronismo, pero íntimamente no es más que una concesión, la concesión de los señores y los fubistas. Y al intelectual no se le puede pedir deshonestidad. Es falso. Prefiero leer a los jóvenes que dan su punto de vista. A Rodolfo Walsh, que era antiperonista y cambió por un shock emocional cuando los fusilamientos, o a Ricardo Piglia, autor de unos cuentos magníficos, porque no está comprometido afectivamente con el pasado. Para mí, el acercamiento al peronismo no tiene sentido. Cada peronista que he conocido dice: el peronismo salvará al país del socialismo. Eso me deshace.

                                                                              
C.: –¿Por qué?
B.G.: –Es como Franco, negar una ideología que rige a la mitad de la humanidad...

C.: –También se podría decir que el peronismo es lo más parecido al socialismo de todo lo que hubo en la Argentina...
B.G.: –No, de ninguna manera. El Caribe me ha dado una gran lección. Si no hay reforma agraria no sirve.

C.: –¿El único camino es la reforma agraria?
B.G.: –Exclusivamente. Sin eso no hay otros cambios. Perón significó 160 leyes obreras. Nada más.

C.: –¿Le parece poco?
B.G.: –Poco y mucho. Tan endeble como las 150 o 200 leyes obreras de Mussolini. ¿Cuál es la consecuencia? La nefasta Italia de hoy, el país más horrible de Europa. En cambio, Fidel Castro podrá caer, pero Cuba habrá cambiado y no podrá volver a ser como antes. Esas 160 leyes obreras de Perón beneficiaron, pero sin dar conciencia revolucionaria de estructura filosófica socialista.
C.: –Usted pregona la reforma agraria. Si ocurriera, ¿no perjudicaría a su familia?
B.G.: –No... ya venían en gran decadencia hace muchos años. En la década del ’20, por ser demasiado románticos habían perdido el parque Larrañaga de Montevideo. Pero le quiero contar lo que estoy escribiendo ahora. Es el encuentro entre el Che Guevara y un joven argentino en México, en Ciudad Juárez, una ciudad espantosa, como La Habana de antes, con prostitución y juego para extranjeros. Los dos se encuentran en Boutique Fantasque, un lugar espantoso, siniestro, con prostitutas enanas. Usted me dirá que me viene justo...

C.: –¿Por qué?
B.G.: –Como yo soy siempre así, cuando escribo, tan truculenta... Bueno, ahí se encuentran. Mi protagonista es un argentino de 26 años que estuvo junto con su hermano mayor para hacer un pacto con Perón. El hermano es un político poderoso. El muchacho es representante de lo pasivo. Viene de un hogar de viejos anarquistas, demoprogresistas, todos varones. Y se encuentra con el Che, que ya se fue a Cuba y está de incógnito, y él no sabe que es el Che. Se sientan a charlar en el umbral, se abre la puerta y los agarran las enanas. Ese muchacho es un producto de la desolación argentina, que es la herencia del peronismo. Ese desconcierto tremendo. Por eso es necesario que ese nombre de cinco letras sea reemplazado por un ideólogo. Quiero ideología, estructuras. No nombres.

C.: –¿Y si la realidad no los da?
B.G.: –Que los dé. Cuando estuvo Bob Kennedy en la Argentina, vino a casa, hubo una reunión de ilustres. También había peronistas. Ver a Cafiero hablando con Cueto Rúa... Qué impresión, están todos ligados. No puedo ver pactos. Como no puedo ver la honesta claudicación de Fidel Castro ante Estados Unidos y el sacrificio de Guevara. Por eso se desconciertan los jóvenes.

C.: –La juventud de hoy no parece desconcertada ante el peronismo...
B.G.: –Es cierto, la juventud de hoy no tiene esos problemas. No le preocupa que un disco de Perón haga ganar una elección. A mí me deshace. En Nueva York escuché 60 horas de grabación de conversaciones con Perón, a lo largo de 15 días...

C.: –¿Qué grabación es ésa?
B.G.: –Para la revista Play Boy; tienen más material sobre Perón que la SIDE. No podía aguantarlo, lloré las 60 horas. ¿Usted se acuerda de La razón de mi vida, cuando dice: “Yo soy tu paloma, tú eres mi águila”. Intelectualmente podrá superarse el rechazo que eso inspira, pero emocionalmente, yo no puedo. Los jóvenes de hoy, en cambio, no se horrorizan por toda esa fantochada, han conseguido superarlo. Usted me preguntará por qué...
C.: –Sí.
B.G.: –Hay quienes dicen que porque no vivieron esa época. Sería ingenuo. Lo que pasa es que han llegado a una madurez ideológica que nosotros no tuvimos. Ellos saben en qué consiste el socialismo, saben que hay que quemar etapas y que no importa si en esas etapas hay fantochadas. Yo no puedo, aunque David Viñas diga que los escritores como Bioy Casares y yo nos deslumbramos con los obreros y los sirvientes, románticamente.

C.: –Pero usted sólo se deslumbró por los pulcros obreros norteamericanos...
B.G.: –Con los de Perón también, una sola vez.

C.: –¿Cuándo?
B.G.: –El primer 17 de octubre. Me impresionó tanto como un fresco de Siqueiros o Rivera.

C.: –¿Y por qué sólo se impresionó el 17 de octubre?
B.G.: –Porque esa vez no fueron obligados. Después los llevaban. Iban por miedo, por adulación, por obsecuencia. ¡Ay, pero yo no puedo seguir opinando sobre eso, soy tan parcial! Prefiero saber qué piensan los jóvenes. Estoy esperando un libro sobre el peronismo que me conmueva tanto como esos frescos.

C.: –¿A quiénes odia?
B.G.: –En primer lugar a Perón, por su falta de rigor en las estructuras filosóficas.

C.: –¿A quién más?
B.G.: –A Jauretche, a Alfredo Palacios, a Ezequiel Martínez Estrada. Son los grandes traidores de una generación que nos dejó sin maestros. A Martínez Estrada no le puedo perdonar que haya estado contra Lisandro de la Torre. Para mí, las personas se dividen en a favor y en contra de Lisandro de la Torre. Hay actitudes que marcan. Además, Martínez Estrada quiso renegar de la ciudadanía argentina. Se fue a Cuba justo cuando cayó Perón; ésa es una inmoralidad histórica. Pero igual, yo nunca puedo odiar más de diez minutos a nadie. A Martínez Estrada lo odio y, sin embargo, lo admiro como literato; siempre que viajo me llevo un ejemplar de Radiografía de la pampa junto con los discursos de Lisandro de la Torre. También odio a Ramón Prieto, el hombre que estuvo junto a Perón y que ahora le hace ganar a Balaguer una elección que va a deshacer a la República Dominicana. Odio a Ramiro de la Fuente y a Juan Martín Biedma, los de la censura que secuestraron Morir en Madrid. ¿No vio la foto que tengo en este marquito los dos secuestrando la película? También odio a Pinedo y a Kelly, que perseguía a los judíos, y a los hermanos Cardozo.

C.: –¿Y a quién quiere?
B.G.: –Al general Paz, a Leguisamo, a Borges. ¡A tanta gente! Sobre todo cuando estoy afuera. Soy tan chauvinista. Soy capaz de aplaudir treinta minutos al Don Rodrigo de Ginastera, de llorar ante la ovación que recibió Marta Argerich, de emocionarme cuando entro en una librería en Nueva York y veo una edición en inglés de Rayuela, la novela de Cortázar. Me emociono con los éxitos de Accavallo, sufrí en Milán por la derrota de Independiente con el Inter. Cuando estoy afuera de la Argentina soy insoportable. Habíamos ido a las carreras en Nueva York, y encontramos un taxista argentino. El no sabía que éramos argentinos y estuvo todo el viaje cantando Mi Buenos Aires querido. ¡Cómo me olvidaba! A Gardel, lo adoro. Y a Sarmiento, por encima de todo. Y me fascina Cassius Clay.

C.: –¿Lo conoce?
B.G.: –Lo vimos un día en Nueva York. Cuando subió al ring lo silbaron, lo querían linchar, lo odian.

C.: –¿Por qué?
B.G.: –Porque es antiamericano, es de los musulmanes negros y se hace el retardado para no ir a pelear a Vietnam. Me fascina. Y él goza con ese odio, se burla de todos. Subió al ring vestido de rojo, con un smoking rojo. Es un negro buenmocísimo. Soy muy nacionalista, yo. Mire, cuando yo me iba de Nueva York llegaba Sabato, que iba a un congreso del Pen Club. Soy tan nacionalista que si me lo cruzaba en la calle corría a abrazarlo. Con eso le digo todo.

C.: –¿Se lo cruzó?
B.G.: –No, que lástima, ¿no le parece? Ah, pero cuando estoy afuera también desprecio. Había un argentino que renunciaba a la ciudadanía argentina. Me acerqué y le pregunté por qué hacía eso.

C.: –¿Qué le dijo?
B.G.: –Que en la Argentina no se podía vivir, que los teléfonos no andan y las calles están llenas de baches, que no se gana plata. Allá, en cambio, tenía un restorán. Como decía Sarmiento: lo peor que tenemos en la Argentina son los argentinos, pero es lo único que tenemos. ¡Quejarse de los baches, fíjese! Como si en Nueva York las calles fueran mejores; cuando nieva no puede pasar nadie y se paraliza el tránsito; y los domingos, la basura en las calles. Claro, afuera también se ven cosas interesantes.

C.: –¿Por ejemplo?
B.G.: –La moda. Me encantaría entrar en una gran tienda norteamericana. Acá tenemos un gusto sensacional, un gran refinamiento, pero las grandes tiendas están en Estados Unidos o en Europa. También vi a los duques de Windsor. ¡Ay, los miré con una curiosidad!

C.: –¿Por qué?
B.G.: –Los miré fijo para entender. Se dice que él renunció a todo por amor. Más bien pienso que eligió el confort de no ser rey y salvarse de la guillotina.

C.: –¿De la guillotina?
B.G.: –Todos los reyes terminan así. ¿No le parece? Incluso los de Gran Bretaña.

C.: –Usted se queja contra los que se van del país, pero acaba de volver después de un año de ausencia y sólo para estar veinte días e irse...
B.G.: –Ah, sí, pero eso se acaba pronto. Hacemos una película más y volvemos para siempre. Es tan difícil estar lejos del país. Si hace falta vendo todo y empezamos a vivir como pobres. ¡Es que vivimos a lo loco, pero cómo extrañamos! A mí en realidad lo que me fastidia es esa clase media argentina capaz de entusiasmarse con un show espantoso en un hotel de Puerto Rico, y que acá no se digna ir al Nacional, donde las revistas son mejores. O me molesta Cortázar cuando se queja porque en todos lados dicen el escritor argentino Cortázar. Yo no me quejo de que me digan la escritora argentina Beatriz Guido o que a Torre Nilsson le digan el director argentino. Tenemos que comprender que estamos edificando Latinoamérica, como decía un poema tan lindo de César Fernández Moreno.

C.: –¿De qué manera?
B.G.: –Hay que comprender que todos nosotros estamos edificando Latinoamérica, y a eso contribuyen tanto las novelas de Cortázar como las películas de Torre Nilsson o la misma Eva Perón.

C.: –¿Eva Perón?
B.G.: –Sí, es tremendo, me angustia, pero es así. En Nueva York, todos los canales de televisión pasan un cortometraje sobre la vida de Eva Perón. A mí me revienta, pero también gracias a esas cosas allí ya saben que la Argentina tiene calles de cemento y que no está llena de indios.

C.: –Las reuniones en su casa son famosas. Se dice que usted es la más hábil encargada de relaciones públicas del país.
B.G.: –La humanidad me encanta.

C.: –Sobre todo la que escribe en los diarios.
B.G.: –Da la coincidencia de que esa parte de la humanidad se ha criado conmigo. Todos los amigos de mi padre eran periodistas e intelectuales. No he tratado a otra gente. Se dice que yo tengo una libretita de nombres clave para organizar las reuniones. Una vez, en broma, me la pidieron.

C.: –¿La prestó?
B.G.: –No tengo libretita. No me hace falta, porque conozco todos los números de memoria. Por eso todo me fue tan fácil. ¿Se da cuenta? ¿Cómo me voy a presentar a un concurso si todos son amigos y sé que me van a premiar?

C.: –¿Tiene alguna idea definida sobre el amor?
B.G.: –Tiene que ser absolutamente monogámico. Es el único. En la India, un hombre se había enamorado de su chiva y la llevaba al cine. Eso también es amor. Que sea de cualquier tipo, pero monogámico.

C.: –¿Y el sexo? Porque el ejemplo del hindú lo excluye, supongo.
B.G.: –Leí un artículo de León Rozitchner sobre el sexo como problema burgués.

C.: –Pero usted, ¿qué piensa?
B.G.: –¡Estoy de acuerdo con él! Puedo decir que el sexo neurótico, femenino, no me interesa en absoluto. Me interesa cuando se da en amor, con funcionalidad. En la era atómica, con la horrible guerra de Vietnam y todo lo demás, la humanidad no puede estar detenida en un diván de psicoanálisis. Sin embargo, ¡qué curioso! En Nueva York, Leopoldo me mostró un diario: un héroe de la guerra de Vietnam había sido asesinado por su mujer, que lo encontró con otra. Y me dijo: “¿Ves?, en medio de los bombardeos aún queda lugar para lo pasional”. De todos modos, a mí no me interesa. Yo jamás me suicidaría por amor. En los últimos cinco años la nueva generación me ha enseñado que se puede morir de pena, por una ideología o por no tenerla, pero jamás por amor, wertherianamente. Lo burgués no me interesa más.

C.: –¿Ahora la gente se muere de pena?
B.G.: –Sí, porque no puede soportar el desengaño, el fracaso de sus creencias. Otros, por sus claudicaciones.

C.: –Usted es bastante snob.
B.G.: –Terriblemente snob. Me doy cuenta. Pero tomar el té en el Plaza, ¡me inspira tanto! O comer pizza en Los Inmortales, que también es tan snob. Lo que pasa es que soy muy burguesa.

C.: –¿No dijo que lo burgués no le interesaba?
B.G.: –Sí, claro, no me interesa. No me interesa para nada.

C.: –¿Entonces?
B.G.: –Lo que pasa es que cuando debo elegir entre la libertad y la justicia elijo, por autodefensa, el país de la libertad. Por ejemplo, si fuera a Checoslovaquia me deslumbraría: la justicia, el socialismo, las industrias, el cine. Pero después terminaría protestando por la mala comida.

C.: –Una buena contradicción...
B.G.: –Terrible. Usted no sabe cómo me duele. Me espanta ser así. Como intelectual es tremendo, ¿no? Pero como creación literaria me divierte. Verme a mí misma como personaje. Mi fuente de inspiración viene de tomar el té en el Plaza y no de la incomodidad de un ómnibus en Avellaneda. ¿Qué le puedo hacer? Elijo la libertad.

C.: –Pero dijo que la guerra de Vietnam no le gustaba.
B.G.: –No, claro, ¡qué horrenda es! En Estados Unidos me hicieron un reportaje, y me escapé por la tangente.

C.: –¿Cómo?
B.G.: –Les dije que me asustaba ver con qué terror o ingenuidad ellos no comprenden por qué se suicidan los monjes budistas.

C.: –¿Ahora también se quiere escapar por la tangente?
B.G.: –Sí, claro, ¡qué gracioso! Usted sabe que vivíamos detrás del Waldorf Astoria. Siempre vamos cerca de uno de los grandes hoteles, así aprovechamos las paradas de taxi y todas las comodidades. Y allí vimos toda una humanidad hablando contra la guerra, manifestando contra Johnson. Y también escuché por radio a un cadete recién salido de la Escuela Militar de West Point: decía que lo de Vietnam estaba bien porque era una capacitación para la próxima guerra. ¡Siniestro, siniestro! Pero yo admiro a los norteamericanos.

C.: –¿Por esas cosas que cuenta?
B.G.: –Sí. Son maravillosos. Hay una mayoría que llora a Kennedy y no quiere la guerra. Antes de conocer Estados Unidos odiaba a los turistas yanquis porque son antiestéticos, los operan de cáncer y viven cien años, usan lentejuelas, las viejas se visten de nenas. Pero cuando conocí al pueblo norteamericano, ¡qué maravilla! Los norteamericanos quieren llegar al poder total por la destrucción del enemigo. Como las historias sobre los self made man, que suben a costa de los demás. Por eso son un pueblo tan triste. ¡Y si oyera las cosas que le dijeron a Johnson esa noche!, una maravilla.



Tomado del blog La cosa y la causa, de Eva Row.

Fotos: Sara Facio.

miércoles, 11 de febrero de 2015

CONTRA EL INTENTO DE GOLPE Y EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA


Contra el intento de golpe y en defensa de la democracia
Declaración para adherir y difundir

Ante la convocatoria de algunos fiscales para el 18F,
y el oportunismo político opositor,
llamamos a firmar y divulgar este manifiesto

Por la Constitución, la Democracia, la Justicia, los Derechos Humanos
y la Paz en la República

Los abajo firmantes, argentinos y argentinas del campo intelectual, artistas, científicos, profesionales de las más diversas actividades, nos manifestamos en favor del estricto cumplimiento de la Constitución y por la salud de la Democracia, el saneamiento profundo de la Justicia, el respeto irrestricto de los Derechos Humanos y el imperio de la Paz en la República.


Nos manifestamos en contra de toda forma de violencia. Incluso la aparentemente sutil y subliminal, como la que se incita desde el terrorismo periodístico disimulado, la financiera, la empresaria y/o cualquier otra.

Repudiamos todo intento de desestabilización institucional, y exigimos que se cumplan las leyes, todas, sin chicanas ni cautelares como las que es costumbre político-judicial disponer en beneficio de los poderosos, sean personas o grupos empresariales.


Rechazamos la parodia democraticista de un pequeño grupo de fiscales, desprestigiados casi todos, apadrinados por los medios hegemónicos en la convocatoria a una marcha a todas luces sectaria y provocadora. Y rechazamos también el siempre renovado oportunismo de dirigentes políticos capaces de todo tipo de inconductas y servilismos a gobiernos extranjeros, y a irritantes violencias verbales.


La República Argentina necesita seguir trabajando en Paz, para avanzar aún más en las conquistas sociales y laborales ya logradas, la inclusión social, la defensa del patrimonio público, la independencia económica y la soberanía política que la ciudadanía ha recuperado después de la crisis terminal de 2001 y 2002.


Exigimos una investigación seria y honesta sobre la muerte del Fiscal Alberto Nisman.
La designación de una Corte Suprema de Justicia completa, como manda la Ley.
Una transformación democrática y profunda de las estructuras de inteligencia.


                                                      En la República Argentina, a 10 de Febrero de 2015.

No a la mentira y el uso político de la muerte de Nisman.
No al golpe "suave".
Más democracia, Más Justicia.

Roberto Tito Cossa, Emilce Moller, Laura Conte, Mempo Giardinelli, Verónica Piccone, Alejandro Mosquera, Fortunato Mallimaci.

Adhieren:
Graciela Bialet (Escritora, Córdoba)
Alejandro Oliva (Médico, Hospital Italiano, Rosario)
Carlos D. Resio (Ingeniero, Posadas, Misiones)
María del Rosario Camors (Chaco),
Angel Berlanga - Periodista
Arnaud Iribarne - Economista
Noé Jitrik - Escritor, Profesor UBA
Osvaldo Quiroga - Periodista
Jorge Luis Bernetti - Periodista
Hugo Presman - Periodista
Miguel Angel Molfino - Escritor (Chaco)
Natalia Porta López - Periodista, PNL Chaco
Maria Sara Puente
Julio Rudman (Periodista, Mendoza)
Carlos Bosch (Fotógrafo)
Tununa Mercado (Escritora)
Abraham Gak (Economista)
Leda Amorín (Cantante)
Maximiliano Wilda
María Laura Barral
María Rosa Lo Coco
Bruno Lo Coco
Ricardo Forster - Ministerio de Cultura
Mariana Carbajal. Periodista
Francisco Tete Romero - Ministerio de Cultura
Alejandro Alagia - Fiscal
Daniel Cholakian
Pablo R Grigera - Investigador Conicet
Enrique Pochat - Abogado, docente UNQ.
Horacio Rovelli - Economista
Hernan Patino Mayer - Ex Embajador Argentino en Uruguay.
Pedro Jaime Kesselman - Abogado Laboralista
Edgardo Binstock - Sociólogo. Ex Secretario de DDHH de la PBA.
Patricio Brodsky - Profesor adjunto de la Fac de derecho Uba
Santiago Varela - Guionista
Hernán Brienza
Gabriel Lewin - Filosofía UBA
Teresita Valdettaro - Editora (CABA)
Luisa Valmaggia - Periodista
Maria Luisa Pizzi - El Impenetrable, Chaco
Ignacio Sagasti - Secr.Adm.Ministerio Publico Defensa General CABA
Eduardo de la Serna - Curas en opción por los pobres
Lucía Capozzo - Periodista
Oscar Steimberg - Profesor emérito FCS - UBA
Alejandro Wilner - Médico, Profesor UNLanús
Eduardo Kragelund. Secretario de Redacción. Agencia Télam
Juan S.Pegoraro - Profesor Consulto. UBA
Virginia Feinmann - Escritora
Mary Sanchez
Alejandro Fiorito- Economista
Hugo Muleiro - escritor y periodista.
Ricardo Rouvier
Eduardo Aliverti
Horacio González (Director BN)
Osvaldo Pedroso
Dora Barrancos
Osvaldo Bayer
Elizabeth Rivas - Abogada
Mario Toer - Profesor Consulto UBA
Bruno Napoli - Historiador
Gabriel Ganón -Defensor General (Santa Fe).
Edith Benedetti - Directora Hospital Nacional en Red
Elsa Osorio - Escritora
Norberto Lorenzo - ex Juez
Luis Alberto Quevedo - Sociólogo
Luis Fucks - Editor
Graiela Perosio - Escritora
Ricardo Daniel Smolianski - Secretario Judicial, Defensoría General CABA
Rubén Dri - Profesor Universitario
Laura Fuxman - economista
Juan Pablo Jaroslavsky (Sant Cugat del Vallés-Barcelona)
Eduardo Sigal - Frente Grande
Arnaldo Bocco - Economista
María Elia Capella - Defensoría Gral. CABA. Observ. DDHH de la CABA (ODH)
Amalia Marrón - Pedagoga Social. Observ. DDHH de la CABA (ODH)
Violeta Burkart Noe - Periodista. Observ. DDHH de la CABA (ODH)
Demian Konfino - Abogado. Observ. DDHH de la CABA (ODH)
Daniel López - Lic en Filosofía
Oscar Fernández - Director Instituto Balseiro CNEA-UNCU
Verónica Seara - Coordinadora Desarrollo Comunitario
Raquel Castronovo
Alejandra Maula - Psicoanalista
Bruno Capra - Ingeniero
Patricia Paggi - Médica
Mauricio Kartun - Autor Teatral, C.A.B.A.
Juan Carrasco - Actor, C.A.B.A.
Claudia Cárpena - Actriz, C.A.B.A.
Claudio Rissi - Actor, C.A.B.A.
Claudio Da Passano - Actor, C.A.B.A
Malena Figó - Actriz, C.A.B.A.
Alberto Catena - Periodista, C.A.B.A.
Jorge Garayoa - Periodista, Buenos Aires
Rodrigo Cárdenas - Actor, C.A.B.A.
Betty Raiter - Actriz, C.A.B.A
Tony Spina - Actor, C.A.B.A.
Gabriela Fiore - Autora, Buenos Aires
Hugo Anganuzzi - Actor, C.A.B.A.
Jorge Nolasco - Actor, C.A.B.A.
Siro Colli - Actor, La Plata
Jorge Diez - Actor, Director, C.A.B.A.
Marta M. Silva - Actriz C.A.B.A.
Stella Matute - Actriz, C.A.B.A.
Fernando Musante - Director, Publicista, C.A.B.A.
Javier Ignacio García Crocco - Autor, C.A.B.A
Paula Julieta Gomez - Publicista, Buenos Aires
Paula Lewellyn - Actriz, C.A.B.A.
Mónica Santibañez – Actriz, C.A.B.A.
Héctor Levy-Daniel - Dramatugo, C.A.B.A
Marcelo Cosin – Publicitario, C.A.B.A
Ernesto Argañaraz, Médico, Unquillo, Córdoba
Claudio Martinez Bel – Actor, C.A.B.A.
Florencia Aroldi – Actriz, C.A.B.A.
Javier Margulis – Director Teatral, C.A.B.A.
Manuel Gesto – Técnico Instrumental, C.A.B.A.
Amelia Uzín – Dramaturga, Paraná, Entre Ríos
Julio Duplaa – Actor, Bailarín, C.A.B.A.
Nadia Grandón – Actriz, Directora, Coreógrafa, La Pampa
Guillermo Fernández – Cantor, C.A.B.A.
Celeste Gerez – Actriz, C.A.B.A.
Nidya Lirola – Docente, C.A.B.A.
Villanueva Cosse – Director Teatral, C.A.B.A.
Verónica Cosse – Actriz, C.Ab.A.
Diego Ribetto – C.A.B.A.
Adriana Zerdín – C.A.B.A.
Fabio "Mosquito" Sancineto – Actor, C.A.B.A.
Carlos Eduardo Martinez - Director Cinematografico, C.A.B.A
Germinal Marín – Actor, C.A.B.A.
Amancay Espíndola – Actriz, Dramaturga, C.A.B.A.
Adriana Lanza – Empleada Pública Afip/Dga, C.A.B.A.
María Cristina Del Pizzo – Cantante, Buenos Aires
Cristina Borges – Psicóloga, Buenos Aires
Claudio Spósito – Dibujante – Buenos Aires
Lucas Marín – Artista Visual, C.A.B.A.
Cristina Fridman – Actriz, C.A.B.A.
Leonardo Odierna – Actor, Director Teatral, C.A.B.A.
Alejandro Mateo – Escenógrafo, Director Teatral, C.A.B.A.
Perla Carella – Docente Jubilada, C.A.B.A.
Raquel Albeniz – Dramaturga, Actriz, C.A.B.A.
Rolando Vismara – Músico, C.A.B.A
Alberto De Simone – Empleado, C.A.B.A.
Elena Petraglia – Actriz, C.A.B.A.
Daniel Figueiredo – Actor, C.A.B.A.
Carlos Flynn – Fotógrafo, C.A.B.A.
Julio Santamaria - Director Cinematografico, C.A.B.A.
Pablo Gennaro - Sec.Relac. Institucionales Cta C.A.B.A.
Daniel Zeitun - Periodista, C.A.B.A.
Héctor Puyo – Periodista, C.A.B.A.
Roxana Balsarini - Locutora, C.A.B.A.
Gabriel Ginepro – C.A.B.A.
Susana Machini – Actriz, Docente, C.A.B.A.
María Rosa Frega – Actriz, C.A.B.A.
Zunilda Roldán – Directora Teatral, Navarro, Buenos Aires
Alicia Smolovich – Poeta, Psicoanalista, C.A.B.A.
Alicia Naya – Actriz, C.A.B.A.
Israel Pedro Galin - Abogado
Cecilia Augsburger (Rosario) Psicóloga - Investigadora UNR
Marcio Alazraqui - Docente-investigador
Miriam Wlosko - Docente-investigador
María Emilia Amundarain
Elina Ofelia Aguiar - Psicóloga
Mirta Clara - Docente Maestria Salud Mental Comunitaria Lanus
Sergio Satulovsky - Ingeniero en Procesos, APDH
Gabriela Vera - Lic. En Psicología, APDH
Rubens W Correa, director del teatro Cervantes.
LIiliana Gómez
Gabriela Seghezzo (IIGG-UBA/CONICET)
Mario Margulis - Sociólogo
Antonio F. Diez -Periodista
Eduardo Mario Rubinschik - Escritor
Noemí F. Corbo
Enriqueta Sonnabend - Kinesióloga
Dra. Liliana Raggio - Investigadora y docente. UBA
Daniel Maidana - Director Centro de Servicios y Acción c/Comunidad-UNGS
Paloma Acebal - Psicóloga
Francisco Raúl Carnese - Profesor Consulto UBA
Ana N Berezin - Psicoanalista
Ernesto Quiles - Ingeniero
Cristina Ques.Psicoanalista
Alma Gutman - Psicóloga
Silvia Kremenchutzky - Socióloga
Alberto Mansur - Abogado
Paula Cabanchik - Pedagoga Social
Ana Teresa Martinez - Investigadora y docente UNSE Conicet (Sant. del Estero)
Sigrid Dalostto - Psicologa.
Carlos Cleri - CPN, empresario, docente e investigador
Héctor Palomino - Profesor de Relaciones del Trabajo - UBA
Diego Medolla -Psicologo
Cecilia Senén González - Socióloga
Omar C. Panosetti - Artista visual
Néstor Míguez - Pastor Evangélico
Diego Rodeyro - Empleado
Mariano Lovelli
Lea Waldman - Lic. en Educacion
Roxana Barone, periodista
Dana Diaz León - AbogadaJ
JUAN CARLOS OLLERO -ABOGADO
Oscar Galante -Ing. Gerente de Asistencia Tecnológica p/la Demanda Social - INTI
Paulo Margaria -Investigador INDES-UNSE Santiago del Estero
Graciela Cragnolini de Casado - Medica y Docente UBA
Lea Waldman -Lic. en Educacion
Eva Elena Sas Kremer (Sant Cugat del Vallés –Barcelona)
Nestor Borri
Alicia Caratini - Antropóloga
Guido De Nicotti -Médico Sanitarista
Bruno Susani - Economista
Liliana Coggiola -Bioquimica
Antonio Héctor Lubin
Sandra Alegre - Docente
Gustavo Galli - Docente
Andrea Del Bono - CONICET, UNAJ y UNLP
SILVIA SUSANA ARENALES
Marta Poso - Enarsa
Orlando Barone
Cristina Bellelli - Investigadora CONICET - Arqueòloga
María Isabel Cosla - Socióloga
Alejandro Kaufman - Profesor UBA / UNQ
Guillermo Devoto - Médico sanitarista
Luisa F. Ripa - Directora centro de derechos humanos Emilio Mignone UNQ.
Estela Zanlungo -Docente y escritora
Iván Bruzone- Actor
Cecilia Canevari - Docente e investigadora
Eduardo Mendizabal
Viviana Fidel - Ministerio de Educacion Nación
Miguel Gaya
Olga Castro Busso -Periodista
Emilia Eugenia Roca - Economista FCE-UBA. Subs.Seg.Social, Minist. de Trabajo
Maite Garzo-Lic. en Psicología
Andrea Lilia Giordano -Veterinaria Docente Universitaria
Margarita Bianconi - Politóloga UBA
Gabriel Muntaabski - Médico
Rolando Omar Suárez -Lic. en Psicología
Jorge Emilio Bosia - Docente
Juan Montes Cató - Investigador CONICET-UBA
Julio Guillermo Rosales - Empleado
Hilda Paiuk - Sociologa
Gustavo Landoni
Maria Antonia Rosso -Odontóloga
Hugo Martina (Chaco)
Cristina Magnano (Chaco)
Juan Cruz Esquivel - Investigador CONICET
David Nestor Mutchinick - Lic. en Historia
Gabriel Cetkovich Bakmas - Director de Estudios TEA
María Inés Vignoles - Arquitecta
Agustín Hellín - Arquitecto
Javier Pablo Hermo - Presidente Frente Grande CABA
Lido Iacomini - Editor
Carlos Mendoza, ingeniero
María Otheguy- Psicóloga
Alejandrina Morelli - Periodista
María Julia Morresi (Chaco)
Carlos H. Zunino - Bioquímico
Ana María Bianchetti
Héctor Albera -Ingeniero Agrónomo
Aldana Martínez - Fac.Derecho UBA
Silvia Bonacalza
Patricia Berrotarán - Historiadora, Directora historia UNQ.
Alejandra Morcillo (Tres Arroyos Red por la Identidad)
Andrea Tau - Médica Psiquiatra
Susana Ramos - Centro Nueva Tierra
María Pia López
Jorge Alberto Monzon- Abogado
Alicia Migliano - Psicopedagoga. Red Federal FDC.
Oscar Alberto Cuervo (La otra)
Daniel Freidemberg – escritor
José María Pallaoro - escritor
De la Asociación Argentina de Actores adhieren: Luis Alí.(Secretario General Asociación Argentina de Actores) Alejandra Rincón (Secretaria Gremial Asociación Argentina de Actores) Carlos Berraymundo (Prosecretario Gremial Asociación Argentina de Actores) Eduardo Poli (Vocal 1ro. Secretaría Gremial Asociación Argentina de Actores) Marcelo Sein (Vocal 2do. Secretaria Gremial Asociación Argentina de Actores) Constanza Maral (Secretaria de Cultura Asociación Argentina de Actores) Kevin Mansilla (Prosecretario de Cultura Asociación Argentina de Actores) Daniel Reyes (Prosecretario de Interior Asociación Argentina de Actores) Daniel Valenzuela (Secretario de Acción Social Asociación Argentina de Actores) Patricia Rozas (Prosecretaria de Acción Social Asociación Argentina de Actores) Susana Varela (Prosecretaria de Comunicación y Actas Asociación Argentina de Actores) Daniel Alvaredo (Secretario de Administración y Finanzas Asociación Argentina de Actores) Patricia Martinelli (Secretaria de Interior Asociación Argentina de Actores) Ponchy Brusse (Vocal Secretaría de Interior Asociación Argentina de Actores)


(Siguen cientos de firmas y la suya, si está de acuerdo: Reenvíe este documento a todos sus contactos en Twitter, FB y por otros medios de que disponga. Es necesario demostrar que somos muchos más los argentinos y argentinas que abrazamos y respetamos la Constitución, la Democracia, la Justicia, los Derechos Humanos y la Paz en la República).

lunes, 9 de febrero de 2015

#18F



18F

Mientras

YO me opongo
TÚ te opones
ÉL se opone
NOSOTROS nos oponemos
VOSOTROS os oponéis 

ELLOS nos cagan 


H.S.M.