HAY UN AIRE TENSO A LA REDONDA
Hay un aire tenso a la redonda, más firme
y enrarecido cada hora, como para morder,
mal respirar, o ser trozado por cuchillo.
A la vez, en los suburbios lejanos parece
todo más inhóspito, entre cardos, casas a
medio terminar, y un afiche con promesas.
“Y ahora qué”, algunos se preguntan, sin
más, mirando el aire (que parece temblar)
y sintiéndose en la soledad más absoluta.
Aunque todos presumen, temen, intuyen,
que el tiempo será lo que será, para ser
vivido con las defensas que se puedan.
“Ahora caímos en la cuenta”, ya se oye
en las calles, en esas y otras palabras,
como atisbo de mea culpa o confusión.
La precariedad, la liviandad, desnudaron
su existencia, también la gula, el odio,
que sobrevolaron siempre el horizonte.
La historia, cada día, comenzará a decir
sus cuitas. En el lenguaje que bien sabe.
Hay un aire tenso a la redonda, más firme
y enrarecido cada hora, como para morder,
mal respirar, o ser trozado por cuchillo.
A la vez, en los suburbios lejanos parece
todo más inhóspito, entre cardos, casas a
medio terminar, y un afiche con promesas.
“Y ahora qué”, algunos se preguntan, sin
más, mirando el aire (que parece temblar)
y sintiéndose en la soledad más absoluta.
Aunque todos presumen, temen, intuyen,
que el tiempo será lo que será, para ser
vivido con las defensas que se puedan.
“Ahora caímos en la cuenta”, ya se oye
en las calles, en esas y otras palabras,
como atisbo de mea culpa o confusión.
La precariedad, la liviandad, desnudaron
su existencia, también la gula, el odio,
que sobrevolaron siempre el horizonte.
La historia, cada día, comenzará a decir
sus cuitas. En el lenguaje que bien sabe.
Buenos Aires, 5 de diciembre, 2015
Ahora que , Eduardo , ahora que...abrazo!!
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