lunes, 12 de enero de 2015

Jorge Falcone, Quizá los compas habitan el sueño


MARISAL DE ALEJANDRÍA

Anoche viajé con Alejandro De Sio
a bordo de un carromato y retozando
como dos campesinos medievales,
cual Gargantúa y Pantagruel acaso,
pero hablando de Proudhon
(aunque, de anarquistas,
nosotros nada).
Lo que ahora más recuerdo es
el sol y la alegría.
Mas tarde visité a Marisa Wagner,
también resplandeciente y conviviendo
con un loquito manso
que la mima y la cuida,
ya nunca más a la intemperie
que acechaba a
las puertas del Bar “La Forja”,
cuando antes de abordar la madrugada
en voz baja consultaba
“¿está en pareja el
compañero Maissa?”
Entonces - pienso –
quizá los compas habitan el sueño y
no otra comarca sino esa
es nuestra Shangri - La,
nuestro Eldorado, Hiperborea...
Sonríen aún en la napa más honda
de una conciencia que abonará
el humus no sin antes
viralizar su memoria en
el afecto de unos cuantos.
Como supuso Ermanno Cavazzoni
en Il poema de i lunatici,
su voz arriba desde el fondo
más profundo del aljibe nuestro,
donde por fin ya todo es calma,
apacible mañana, y se ignoran
el desprecio y la bofetada.-


En: “Tomarse la vida a Peche”, 2014.
Jorge Falcone (La Plata, 1953).
Ilustración: Michela Boccalini (Roma, 1986). 

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