PIEDRAS Y
PERROS
Ya
nada puede ocurrir en la ciudad
que
despierte sorpresa.
El
misterio del arte se confunde
con
la oscuridad del día.
Todos
los vicios se unen
en
la verdad final:
Aquí vive el que puede pagar
La
belleza sigue allí, casi nos perdona.
El
cielo no se mueve de lugar,
hasta
podría caer una lágrima.
Tal
vez algún monstruo en la casa
de
gobierno alabe la muerte
con
algo más de ingenio.
Por
ejemplo, un abrazo al que asesina
por
la espalda.
Subida
más la noche se salda a palazo limpio
la
brega por las sobras de comida
en
los Macdonalds de la ciudad.
Son
cosas de niños… Nadie se muere ahí…
Las
mujeres de antes / que saben de plantas
lo
recomiendan: las alegrías del hogar
no
necesitan mucho sol ni mucho agua.
También
se dice: cuando hay luna llena
para
espantar a los perros
se
necesitan piedras.
Febrero de 2018
.
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