Foto
de Oscar Taffetani, periodista despedido de Télam
EL
HUERTO PROPIO Y EL BIEN COMÚN
Estos
días miserables, repletos de injusticias, atropellos y avasallamientos, parecen
no dejar espacio para que cada cual trabaje su huerta íntima, haga las paces
con sus demonios, teja el sueño capaz de zurcir aquello que la vida rasga en
cada uno cada día. Tal vez la más triste manifestación de nuestra derrota
actual sea precisamente el sentirnos compelidos a renunciar a la intimidad, a
darnos vuelta como un guante hacia una exterioridad urgente y muchas veces
trastabillada en la confusión, el desasosiego y el resentimiento, y por eso
mismo imprecisa y un poco desesperada. Queremos salirnos de nosotros mismos y
enhebrarnos en una respuesta colectiva, una sintaxis común que logre formular
esa oración compleja y necesaria para detener la agonía de estos tiempos
atroces. Pero los liderazgos y la unidad imprescindibles se hacen desear, tal
vez porque la hora reclama una estatura y una lucidez que nadie hasta ahora ha
sabido tener. Y esa frustración nos lleva con excesiva frecuencia a erigirnos
en jueces de los demás porque gritan un gol de Messi, celebran un triunfo
personal, o sencillamente necesitan poner momentáneamente entre paréntesis el
horror del presente común para preparar una sopa, escribir un poema, levantar
una pared, lavar una camisa, cantar una canción, amarse con alguien, o dormir
una siesta. Y de ese modo olvidamos que lo primero que deberíamos conseguir es
ser mejores para nosotros mismos. No como una reivindicación del individualismo
sino como una reconciliación con lo mejor de cada uno. Quizás así logremos que
ese gol, ese triunfo, esa sopa, ese poema, esa pared, esa camisa, esa canción,
ese amor, o esa siesta nos den la convicción que nos ayude a no resignarnos, a
continuar amasando una resistencia incondicional, paciente pero firme, y solidaria
con tanta humanidad cesanteada, abusada, excluida, engañada, enferma y
silenciada por este gobierno de gente malparida.
MILAGRO
QUE SE CRECE Y SE HACE SALA
Les jode que sea negra y sus
ovarios
tengan la dignidad que a ellos les falta;
les duele que sea india y los exalta
que le haga frente a un juez o a un comisario;
tengan la dignidad que a ellos les falta;
les duele que sea india y los exalta
que le haga frente a un juez o a un comisario;
los pierde que ella sola haya
creado
trabajo y bienestar para los pobres;
los mata el solo pronunciar su nombre,
le temen a su ejemplo sublevado.
trabajo y bienestar para los pobres;
los mata el solo pronunciar su nombre,
le temen a su ejemplo sublevado.
Le inventan quince causas por
semana,
la quieren ver con la cabeza gacha.
Pero a ella no la corren con bombachas
ni todas las miserias de estos ranas.
la quieren ver con la cabeza gacha.
Pero a ella no la corren con bombachas
ni todas las miserias de estos ranas.
Desde hace ya dos años y seis
meses,
cuanto más la denigran, más se crece.
cuanto más la denigran, más se crece.
A
UN CANALLA ORGULLOSO CON SU FRULA
Fue progre brevemente esta
monada,
lo que dura un eructo en un tornado:
una Franja Morada fue morada
transitoria de su orto enharinado.
lo que dura un eructo en un tornado:
una Franja Morada fue morada
transitoria de su orto enharinado.
Enseguida aprendió a juntar
billetes
en Alianzas espurias. El turismo
fue su curro inicial. Pero el juanete
se impacienta jalando siempre el mismo
en Alianzas espurias. El turismo
fue su curro inicial. Pero el juanete
se impacienta jalando siempre el mismo
papelito y ahora es consumado
vaciador de organismos oficiales.
En su jeta de jabalí merqueado
vaciador de organismos oficiales.
En su jeta de jabalí merqueado
se reflejan sus vicios y sus
males:
hoy se ríe de haber desempleado
a trescientos y pico de estatales.
hoy se ríe de haber desempleado
a trescientos y pico de estatales.
A
UN CAFIOLO EN SU ELOGIO DEL TRABAJO
Con su cara de culo sempiterna,
este fiolo de cuna y vacaciones
permanentes, experto en defunciones
de empresas y el país que desgobierna,
este fiolo de cuna y vacaciones
permanentes, experto en defunciones
de empresas y el país que desgobierna,
hoy posó ante la cámara.
Desnudo
de ideas propias o ajenas –nada nuevo–
espetó, con su voz de pelotudo
entrenada en decenios de hacer huevo,
de ideas propias o ajenas –nada nuevo–
espetó, con su voz de pelotudo
entrenada en decenios de hacer huevo,
que en la Casa Rosada “se”
trabaja.
Fugazmente habitado por lo cierto,
admitió lo sabido este mamerto:
otros yugan allí, él se hace pajas.
Fugazmente habitado por lo cierto,
admitió lo sabido este mamerto:
otros yugan allí, él se hace pajas.
Su gesto y ese “se”, todo
concuerda:
lo dijo con su cara de oler mierda.
lo dijo con su cara de oler mierda.
Guillermo Saavedra (Buenos Aires, 7 de octubre de
1960). Poeta, escritor…
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