EN
LA EDAD DE EVA
“El amor alarga
la mirada de la inteligencia”
Eva Perón, La
razón de mi vida
I
El carnaval se
convirtió en huracán
Frontera, Olvido,
Retorno
Nuevas huellas
trazadas sobre las anteriores
Palincesto, Identidad,
Peronismo
Pausas que relanzan
utopías
Perder, Morir,
Nacer
En la edad de Eva
II
Bombones que
marcan la infancia
O el ciclo sin
fin de mis degustaciones
Siento una bebida
fuerte, la voz de un hombre
Y el humo que
sella mi adultez
Ya no sé dónde me
encuentro
Me olvido de mí.
Vuelvo sin llegar
En la edad de Eva
III
Me quedo con los
que no se fueron
Me leo las manos
Transpiro el
verano de mi pueblo
Nado en el río
con mi papá
Me ahogo y me
rescato
Se reanudan los
finales, se vuelve
En la edad de Eva
UN
CORTE
“¿De qué
manantiales brotan los deseos?”
Belén Díaz
Es sábado a la
mañana, llego a la peluquería, el profesional me saluda y pregunta:
–¿Vos qué querés
hacer?
Entro en mis
dudas y contesto:
–Cortarme y
mantener el largo
Me mira y dice:
–¿No te parece
imposible?
Hago silencio y
pienso: la falta siempre se nos escurre
Con dos preguntas
el peluquero rebajó a la analista.
31/1
“Prendo un
pucho
Miro el reloj
de la Iglesia
Tocan cinco
campanadas
Y pienso que falta una eternidad
Para que termine el año”.
Y pienso que falta una eternidad
Para que termine el año”.
Caro Amigo
De este enero me
queda:
La certeza de
dudar
Los dientes
manchados de sangre
El corazón ardido
Los días sin
fumar
La angustia
calando todo el aire que falta.
DESPUÉS
DE LOS 30
“Si Evita bebiera
la invito una Schneider bien Fría. […]
Y le cuento que
más o menos pasaron las mismas cosas
Que antes pero
a través de una pantalla que es la compu
Que miramos y
opinamos porque juntarse es más difícil ahora
Que parece que
la tierra se agiganta debajo de los pies
y que después
de los treinta va a ser peor”.
Alejandra Benz,
La Edad de Eva.
Ya no estoy sola
Tengo palabras y
este cuaderno
Éste pedazo de
luna tan tuyo tan mío
Tengo las manos
mojadas y el corazón acelerado
Tengo mis
palabras
Las semillas
El protector
Los viajes que no
hice
Tengo mis dudas y
las tuyas
Las ganas de
tener un animal
Éste diciembre de
despedidas
Tengo 4 nortes
5 bombachas
viejas
1 bicicleta
Tengo palabras
que me abrazan
en la vida y en
la muerte.
EL
DÍA QUE MEÉ POR PRIMERA VEZ EN LA CALLE
“¡No hagan de mi cuerpo un infierno!
Ya entendí que los muertos no aman,
ya acepté que las noches se acaban,
que los besos se piden, que los monstruos no existen,
y que eso frustrante no es lo normal.”
Ya entendí que los muertos no aman,
ya acepté que las noches se acaban,
que los besos se piden, que los monstruos no existen,
y que eso frustrante no es lo normal.”
Ceci Colombero
La cerveza nos
pedía encontrar un lugar cercano
La noche exigía
seguir tomando
Encontramos el
sitio
Dudé
Fue entre autos,
fue necesario
Tan práctico y
tan colectivo que no lo olvido
Cada una con su
táctica y estrategia
Y yo temerosa
aprendiz
Fui la última
Liberé mi sexo al
asfalto
A la noche y a
las miradas que se filtraban
La paridad causó
bienestar
¿Por qué escondidas
y reprimidas?
¿Por qué la
espera y las cuatro paredes?
¿Por qué no en la
calle?
RÍO
“Amar a los otros es la única salvación individual
que conozco:
nadie estará perdido si da amor y a veces recibe
amor a cambio”.
Clarice Lispector, Revelación de un mundo
Traigo el
balbuceo de un idioma que es canción.
Traigo miradas
desamparadas, los que bailan hasta el último hueso, los músicos haciendo el
amor a su instrumento.
Traigo mango,
bolho de camarao, caipiriña de frutas, la policía y las flores partidas.
Traigo la samba
entre las piernas, la noche y el día fundidos en un cuerpo ardido.
Traigo el negro y
el blanco, las veredas onduladas de Copacabana.
La llovizna en la
cara, el punto de encuentro con los ojos de quienes pasan, la libertad de los
que dejé morir.
Traigo la
tardenoche en el mar, a Clarice, Moraes y Tom Jobim.
Traigo claves
feministas para mis socias de la vida,
creencias rotas,
desuso de miedos y peligros.
Traigo nuevas
versiones de mí, la sal en un cuerpo vivo y la potencia de la luna.
Traigo lazos de
familia deslazados, rebeliones y preguntas al perderme.
Traigo otras
caras de Dios.
Vuelvo sin el
Cristo Redentor.
Vuelvo extasiada
con las nubes de mis descreencias.
Vuelo con la
confianza en lo que traigo
Vuelo colectivo
de mujeres.
Vuelo volviendo
otra.
ESA
MUJER
…“Las que
clavan su lengua en la esperanza,
Las soberbias
victoriosas serpientes del deseo,
Las pasado y
futuro, las presentes,
Las que nunca
se fueron ni nos fuimos,
Las que van a
volver”.
Rocio Muñoz
Vergara, Serpiente de agua
Es una mujer –me dijeron
Pensé en muchas,
pensé en lo femenino
En la bandera de
la sensualidad
En la seducción
como arma de ejército
En las luchas a
calzón quitado
En el erotismo
sin fronteras
Pensé en las
máscaras de carnaval
En las piernas
abiertas de América y de Europa
Pero también
existen las piernas faraónicas
Existe un cuerpo
que renuncia a ser trofeo de guerra
No es Evita, no
es Madona, tampoco La coca Sarli –me
dijeron
Es Cleopatra
renacida en cada una de ellas
[SOMOS
ESTE IMPULSO DE ESCRIBIR]
somos este
impulso de escribir
somos las manos
apretando letras
somos la carne
viva ardiendo
somos la palabra
tomada
la verdad
inexistente
las ganas de
verte
somos el vino
el polvo
la manzana
somos la carneada
lo que no dijeron
los platos rotos
somos las aves
las raíces
los roedores
somos esta
incertidumbre
de no saber qué
pasará mañana…
Laura
Peretti nació el 7 de febrero de 1985 en Los Surgentes, provincia de Córdoba, Argentina.
Vive en Rosario. Psicóloga, graduada en 2009 en la Facultad de Psicología de la
UNR. Realizó la Especialización en Psicología Forense. En la actualidad es Docente
del seminario Agencias del sistema penal, violencia Institucional y DDHH de la
Facultad de Psicología de la UNR. Coordina el taller de escritura "Las
bastardillas son nuestras", en la Unidad Penitenciaria N°6 de Rosario y participa
semanalmente de un taller de escritura creativa junto a un colectivo de mujeres
llamado "Mala fe", con la coordinación de la poeta Rocío Muñoz
Vergara.
Foto:
Verónica Malfatti.
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