viernes, 23 de noviembre de 2018

CAMILA RAGAZZINI Silvio Rodríguez en Avellaneda



VOLVIÓ SILVIO

     Mis dedos son torpes. No los empujo a parodiar melodías porque apenas pueden sostener sin romper lo que apoyo en mis manos. Mis oídos no registran notas pero logran conversar con las canciones, aunque en ocasiones frustra y adormece sueños infantiles, es quizá uno de los logros más interesantes.

     En casa la computadora rezaba el Windows ‘98, no reproducía más que puteadas. Para escuchar melodías teníamos un equipo de música y varios cds con un contenido tan azaroso que generaba más confusión que ver una monja manejando una 4x4.

     Entre esos estaba el disco Mano a mano. Cantaban Luis Eduardo Aute y Silvio Rodríguez en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid; y parieron dos discos que escuché durante mi adolenfancia. Son las únicas canciones que reproduzco sin trastabillar en letras y ritmos, curioso, porque aunque escuché mil veces las letras del trovador cubano aún enredo la lengua intentando seguirlo. 

     En ese contenido azaroso había otros (h)artistas que no revelaré por vergüenza pero que igual les agradezco por no opacar, en las décadas que correspondan mi vida, a Silvio. “Pequeña serenata diurna”, “Sueño con serpientes”, “Te doy una canción”, “La maza”, “Óleo de mujer con sombrero”, “El necio”. Son algunas de las canciones que iban a conversar conmigo años después. También estaba “Ojalá” que grité ignorando su melodía cuando me rompieron el corazón por primera vez, y con dulzura -desafinada- cuando logré reconstruirlo.

     Tenía entradas hace unos meses para el Luna Park, pero festejé muchísimo cuando me enteré que un tipo que huele a callejuela y mantel nos ofrecía un Silvio en harapos, para todos. Llegué a casa luego de la noticia y puse uno de los conciertos que más me gusta: Ensayos y encuentros de 1985. No sé por qué. Tiene millones de encuentros que estremecen hasta pieles cubiertas de botox. Será quizás porque está llena de jóvenes irreverentes que cantan sus canciones con fuerza y a destiempo, agitando pañuelos felices, porque la historia era otra, o porque su camisa negra recién abrochada en el cuarto o quinto botón me genera una revolución hormonal propia de “desnuda y con sombrilla”.

     Suena y recuerdo mi particular gusto: “yo soñé con aviones que nublaban el día justo cuando la gente más cantaba y reía” (…) “Si pienso que fui hecho para soñar el sol (…) ¿Cómo es posible que duerma entonces entre saltos de angustia y horror?”. Converso, como intento hacer siempre. Pienso cuantas veces di amor a la militancia y cuantas me ha devuelto sobresaltos de angustia. Cuántas veces pregunté cuánto quedará de pesadilla. Por un segundo creo en las palabras que intentan prevenir a nuestra juventud de la eterna rueda latinoamericana y los dolores repentinos. Silvio charla ahora en mi cabeza mientras suena otra canción; casualmente vienen a convidar a arrepentirnos pero nosotros siempre preferimos jugar a lo perdido. Me río cuando dice, en la canción que resuena en la computadora y no en mi cabeza: “echaron basura en nuestro verde jardín (…) si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar”.

     Es una identificación clara “verde” y “jardín” pero teniendo en cuenta la coyuntura argentina me remite a otro verde y otro jardín. Sobre todo cuando, descarado y amenazante, le anticipa el lamento al culpable. Así es como sonamos las mujeres en el mundo. Descaradas, amenazantes.

     Vuelvo un poco en las canciones porque duele que el tuerto mande entre ciegos y apuntalen la vieja moral… “Mi amor es todo cuando tengo, si lo niego o lo vendo ¿Para qué respirar?”.

     Silvio volvió y nos tentó a subir a un techo para presenciar desde un palco inventado el espectáculo que llevaba cuadras enteras. Levantando pañuelos. Cantando. Preguntando por Brasil. Silvio volvió y nos reparó por un ratito el corazón, en un escenario que quedará echando raíces en la memoria.

     Silvio volvió y ahora sé que no importa cuántas veces soñemos con serpientes si siempre habrá una fiesta en harapos que nos devuelva la alegría. Nos los dice un hermano que ha sangrado con nosotros. Nos los dice un cubano, lo dice un amigo.

La Plata, octubre / noviembre de 2018


El domingo 28 de octubre Silvio Rodríguez ofreció un concierto gratuito en Avellaneda.
Leemos en el portal Avellaneda (la foto de cabecera corresponde a este sitio):
Nadie, ninguna de las más de 100 mil personas que estuvieron ayer en la avenida Belgrano olvidará el regalo que Silvio Rodríguez le hizo al pueblo de Avellaneda una noche de octubre de 2018.
Familias enteras llegaron desde temprano con mate y reposeras bajo el puente Crucesita, sobre la avenida Belgrano, y coparon las plazas Lolita Torres y Ucrania y transformaron media ciudad en un gigantesco auditorio.
El trovador cubano junto a su banda brindaron un show de dos horas y media con las mejores de sus canciones, nuevas, viejas e inéditas. Fue una fiesta inolvidable, en la que Rodríguez emocionó al público con clásicos como Ojalá, Óleo de una mujer con sombrero y muchas más. “Buenas tardes a todos, todas y toditos”, saludó el músico y poeta ante los miles de aplausos. “Asumo este concierto como uno de aquellos que hacemos en los barrios de La Habana”, dijo y la ovación tapó el sonido de sus palabras.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue cuando el poeta cubano entonó Eva y espontáneamente la multitud elevó los pañuelos verdes. Al final de la canción las 100 mil personas reclamaron “aborto legal en el hospital”.
La fiesta había comenzado antes de la aparición de Rodríguez. Emiliano del Río, la oriunda de Avellaneda Patricia Malanca y el jujeño Bruno Arias calentaron la previa. Y también lo hizo la venezolana Cecilia Todd, presentada nada menos que por el propio Silvio.
“Nuestra América es nuestra y Silvio nos viene a abrazar para llenarnos de amor revolucionario”, dijo Paola Gallo, presidenta del Espacio de la Fraternidad Argentino Cubana (EFAC), junto al presidente honorario, Atilio Borón. Y agradeció a la Municipalidad por el esfuerzo en la organización del recital.
El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, también aportó unas palabras antes del show de Silvio. “Es necesario recuperar la alegría en estos tiempos de persecución de líderes de la región. Necesitamos unirnos para recuperar a la Argentina en el camino de nuestros próceres, como San Martín, Artigas, Perón, y los luchadores populares, como el Che Guevara. Estamos de pie y vamos a luchar por la dignidad, por la libertad, por el trabajo”, expresó.
El embajador de Cuba en Argentina, Orestes Pérez Pérez, estuvo en el recital, además de personalidades del mundo artístico y político. Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, actores y actrices, cantantes, legisladores, intendentes, y todo el gabinete municipal.
El espectáculo fue declarado de Interés Municipal a través del Decreto 3185/18, y el Honorable Concejo Deliberante declaró a Silvio Rodríguez como Visitante Ilustre de Avellaneda.
“Asumo este concierto como uno de aquellos que hacemos en los barrios de La Habana” (Silvio Rodríguez)

1 comentario:

  1. La fiesta inolvidable: Silvio Rodríguez emocionó a más de 100 mil personas en avenida Belgrano
    El trovador cubano brindó un show gratuito durante más de dos horas. Organizado por el Municipio, el repertorio incluyó las mejores canciones. http://www.mda.gob.ar/noticias/la-fiesta-inolvidable-silvio-rodriguez-emociono-a-mas-de-100-mil-personas-en-avenida-belgrano/

    ResponderEliminar