miércoles, 30 de octubre de 2013

30 años de democracia, ley de medios y Néstor Kirchner



LA RESISTIBLE ASCENSIÓN DE UN SUEÑO
(30 años de democracia, ley de medios y Néstor Kirchner)

Por Julián Axat

Nunca más oportuna la constitucionalidad de la ley de medios en un momento bisagra de la institucionalidad Argentina. Tres momentos: Se cumplen treinta años de democracia. Acaba de finalizar un período electoral que proyecta un mapa político. El recuerdo y el homenaje de Néstor Kirchner, a tres años de su fallecimiento. La constitucionalidad de la ley de medios irrumpe en escena en este contexto, insisto, bisagra.

Ayer, luego de leer una nota de opinión de Horacio Verbitsky, volví a leer la obra de teatro de Bertold Brecht, La resistible ascensión de Arturo Ui. Pensé entonces en la ley de medios y en la necesidad de la profundización del cambio iniciado en 2003, para los diez años que vienen. Pero también pensé en las formas que tienen los personajes más simples de ser inflados por un aparato gangsteril y corporativo para dar imagen y canalizar prejuicios sobre el suelo fértil en el que operan esas corporaciones que quieren una Argentina para pocos. Personajes que venden soluciones simplificadas a esos prejuicios de banalidad social fabricados por grupos concentrados, que cincelan el precipitado ascenso del personaje simple en poderoso político, encarnando la tracción-proyección de todos los odios y un poder para excepcionar las conquistas.

Ya ocurrió varias veces en la historia Argentina, pero esta vez participan formas de comunicación y aparatos del slogan que toman distancia de la base de sustentación política, para trasformarla en miedo, en temor, en seguro. El huevo de la serpiente nace desde adentro del propio proyecto político y se separa como antítesis en otro que no asimilamos y comienza su ascenso. Es la grieta que por errores y contradicciones propias permite colarse al proyecto negador, engendro no neutralizado a tiempo. La vigencia plena de ley de medios es el piso para fortalecer a la democracia conquistada en estos 30 años, a la larga coadyuva a neutralizar los factores de poder que permiten la ascensión de un Arturo Ui; aunque con la ley no baste; es necesario recrear el sueño y la transmisión.

Néstor dijo algunas cosas que “la astucia y la razón” de intelectuales de derecha perciben como “especulación”: “no vine para dejar mis convicciones en la puerta de la casa rosada” (un legado distinto para los que hacen de la política una forma de vida y dejan todo por la transformación, un compromiso ético que trasciende lo personal hasta incluso donar el cuerpo); “Vine a proponerles un sueño” (un legado de nuestros padres en la realización de un proyecto que entiende la política como sueño y profecía) “soy hijo de una generación diezmada, de las madres y las abuelas” (el problema generacional de los que se hacen cargo de una generación que fue golpeada, y la necesidad de transmitir un mensaje a la siguiente que la debe continuar-profundizar). Hablar un lenguaje que tome estas tres premisas históricas es el desafío (generacional) para hacer-construir una forma propia de emancipación política que incluya a los jóvenes y acerque el puente que –tarde o temprano- decidirá Cristina. Ojalá la astucia, el coraje y el compromiso con los más humildes, las conquistas de estos últimos diez años, sean la potencia que permita revertir la ascensión de un Arturo Ui.

Dejo el epílogo de Brecht: "Respetable público: aprendamos a ver, en vez de mirar como borregos. En vez de charlar, bla, bla, bla, bla, bla, debéis actuar. Lo que habéis visto estuvo a punto, de dominar el mundo aún no hace tantos años. Los pueblos terminaron por tener la razón, pero nadie puede cantar victoria antes de tiempo. ¡Todavía es fecundo el vientre que parió el suceso inmundo! Respetable público: aprendamos a ver, en lugar de mirar como el cordero que marcha al matadero."


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