LA
RESISTIBLE ASCENSIÓN DE UN SUEÑO
(30
años de democracia, ley de medios y Néstor Kirchner)
Por
Julián Axat
Nunca
más oportuna la constitucionalidad de la ley de medios en un momento bisagra de
la institucionalidad Argentina. Tres momentos: Se cumplen treinta años de
democracia. Acaba de finalizar un período electoral que proyecta un mapa
político. El recuerdo y el homenaje de Néstor Kirchner, a tres años de su
fallecimiento. La constitucionalidad de la ley de medios irrumpe en escena en
este contexto, insisto, bisagra.
Ayer,
luego de leer una nota de opinión de Horacio Verbitsky, volví a leer la obra de
teatro de Bertold Brecht, La resistible
ascensión de Arturo Ui. Pensé entonces en la ley de medios y en la
necesidad de la profundización del cambio iniciado en 2003, para los diez años
que vienen. Pero también pensé en las formas que tienen los personajes más simples
de ser inflados por un aparato gangsteril y corporativo para dar imagen y
canalizar prejuicios sobre el suelo fértil en el que operan esas corporaciones
que quieren una Argentina para pocos. Personajes que venden soluciones
simplificadas a esos prejuicios de banalidad social fabricados por grupos
concentrados, que cincelan el precipitado ascenso del personaje simple en
poderoso político, encarnando la tracción-proyección de todos los odios y un
poder para excepcionar las conquistas.
Ya
ocurrió varias veces en la historia Argentina, pero esta vez participan formas
de comunicación y aparatos del slogan que toman distancia de la base de
sustentación política, para trasformarla en miedo, en temor, en seguro. El
huevo de la serpiente nace desde adentro del propio proyecto político y se
separa como antítesis en otro que no asimilamos y comienza su ascenso. Es la
grieta que por errores y contradicciones propias permite colarse al proyecto
negador, engendro no neutralizado a tiempo. La vigencia plena de ley de medios
es el piso para fortalecer a la democracia conquistada en estos 30 años, a la
larga coadyuva a neutralizar los factores de poder que permiten la ascensión de
un Arturo Ui; aunque con la ley no baste; es necesario recrear el sueño y la
transmisión.
Néstor
dijo algunas cosas que “la astucia y la razón” de intelectuales de derecha
perciben como “especulación”: “no vine para dejar mis convicciones en la puerta
de la casa rosada” (un legado distinto para los que hacen de la política
una forma de vida y dejan todo por la transformación, un compromiso ético que
trasciende lo personal hasta incluso donar el cuerpo); “Vine a proponerles un
sueño” (un legado de nuestros padres en la realización de un proyecto que
entiende la política como sueño y profecía) “soy hijo de una generación
diezmada, de las madres y las abuelas” (el problema generacional de los
que se hacen cargo de una generación que fue golpeada, y la necesidad de
transmitir un mensaje a la siguiente que la debe continuar-profundizar). Hablar
un lenguaje que tome estas tres premisas históricas es el desafío
(generacional) para hacer-construir una forma propia de emancipación política
que incluya a los jóvenes y acerque el puente que –tarde o temprano- decidirá
Cristina. Ojalá la astucia, el coraje y el compromiso con los más humildes, las
conquistas de estos últimos diez años, sean la potencia que permita revertir la
ascensión de un Arturo Ui.
Dejo
el epílogo de Brecht: "Respetable público: aprendamos a ver, en vez de
mirar como borregos. En vez de charlar, bla, bla, bla, bla, bla, debéis actuar.
Lo que habéis visto estuvo a punto, de dominar el mundo aún no hace tantos
años. Los pueblos terminaron por tener la razón, pero nadie puede cantar
victoria antes de tiempo. ¡Todavía es fecundo el vientre que parió el suceso
inmundo! Respetable público: aprendamos a ver, en lugar de mirar como el
cordero que marcha al matadero."
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