A UN CANALLA AÚN EN FUNCIONES
Es
un ave de luto enministrada
que llegó a administrar, no un ministerio,
sino el pleno desguace sin coartadas
de institutos, elencos, magisterios.
que llegó a administrar, no un ministerio,
sino el pleno desguace sin coartadas
de institutos, elencos, magisterios.
No
ha exhibido en su turbia trayectoria
más virtud que echar gente de sus puestos
en empresas privadas. No hay más gloria
en su vida que no haber sido honesto.
más virtud que echar gente de sus puestos
en empresas privadas. No hay más gloria
en su vida que no haber sido honesto.
Tuits
mediocres, chicanas y bravatas
son la pobre miseria que supura.
Ayer fue, con el rabo entre las patas,
son la pobre miseria que supura.
Ayer fue, con el rabo entre las patas,
abucheado
por toda la cultura.
Más
temprano que tarde, facho Pablo,
volverás, no lo dudes, a tu establo.
volverás, no lo dudes, a tu establo.
Gracias GS por
estos comentarios en tu muro de FB:
“Yo en cambio
conocí desde siempre su costado miserable y mediocre, el de un ingenioso
resentido por no tener más que eso, astucia sin creatividad, talento de jugador
de El estanciero, y un repertorio de tics culturosos que solo desde muy lejos
se puede confundir con cultura.”
“Yo le tuve
que publicar en Babel mediocres y pretenciosas reseñas, que había que
cepillarle bastante, porque era un pollito de ese pavo real desplumado que es
Caparrós (con él y Dorio hacíamos la revista). Y luego evitar, siendo yo editor
de Alfaguara y él agente de prensa de Planeta, jugarretas de tendero para
que salieran notas sobre los libros de ellos y no los de Alfaguara en los
medios. Su gusto jazzero no pasa del lugar común y en el living de su casa
tenía, en esos años, una figura gigante de Tintín, canchereada que intentaba
demostrar su mirada cínica sobre la cultura letrada. Un canallín madrugador, en
suma, no más que eso.”
“Babel fue una
gran experiencia, a mí me terminó de poner en contacto con el mundo de
escritores de fines de los 80, cosa que empecé a hacer en el cultural de La
Razón matutina, donde trabajé entre el 84 y el 87. Allí le hice entrevistas a
Saer, a Arrabal, a Rivera, a Viñas... En Página, hacía crítica de teatro para
espectáculos porque el gordo Soriano, de quien había hecho yo una reseña
negativa en La Razón, impedía mi inclusión en el Cultural. Finalmente me hizo
echar de Página por otro canalla entonces camuflado: el gordo Lanata. En fin,
casi parece de otra vida...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario