"yo me había hecho escritor
para no ser escrito por mi madre,
para que mi madre no escribiera
mi destino con el destino que ella juzgaba más alto,
escribo para no ser
escrito".
Javier Cercas, El monarca de la sombras
Javier Cercas, El monarca de la sombras
La mujer de la que no tuve tiempo de
enamorarme cumpliría hoy 69 años y a pesar de mis intentos de escritura, no
puedo evitar que su desaparición me siga definiendo.
La extrañé con intensidad moderada hasta
que fui padre, ahí todo estalló y su ausencia se me vino encima, quizá por
egoísta necesidad, quisiera tenerla cerca para que me tienda una mano con mis
hijos, me gustaría verla en el club, al costado de la cancha, tomando mate
mientras ve jugar a sus nietos con la misma sonrisa de la foto, sonrisa
vísperas de primavera.
No importa cuánto escriba ni cuánto me
repita, mi memoria arde en ella sobre un plano de soledad y desolación que las
palabras nunca podrán trasladar. Exhausto de intentarlo, doy un giro, este no
será un texto cristalino ni emotivo, lo siento lector, está a tiempo de
abandonarlo, haré de su cumpleaños una pequeña acción de política,
"vergonzosa utilización política", la desaparición forzada de mi
madre ocurrida hace 40 años, está unida por impunes ríos de agua turbia a otras
más recientes, vuelvo entonces a las preguntas circulares que, como yo, jamás
se detienen:
¿Dónde está Beatriz Ronco?
¿Dónde está Jorge Julio López?
¿Dónde está Santiago Maldonado?
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