El señorito descocado Esmeraldo Lopérfido
sufrió un duro revés. Sabe, de ahora en adelante, que la lengua deberá usarla
para relamerse, evitando, así, que se la hagan tragar cuando mencione que los
derechos humanos fueron parte de una timba para negociar sangre por dólares y
cuando presente estadísticas que sólo ocurren debajo de su melena teñida.
Afirmó, por ejemplo, que los desaparecidos son muchísimos menos que
los 30.000, y que, quizá, se trate una sumatoria irrelevante. Dos millones
y medio de firmas avalaron el pedido de renuncia de Esmeraldo. Es
innegable, por lo tanto, que el mencionado "gestor cultural"
goza de popularidad, negativa.
El walking dead Carlos Méndez, ex
presidente, sportsman, latin lover y bon vivant, dijo, en un reportaje que
se suponía picante, que no recordaba haber tenido trato íntimo con travestis
pero de lo que sí estaba seguro era que Cristina Kirchner había matado a
su marido, debido al maltrato que éste le propinaba. Se eximió de precisar si
Néstor Kirchner había sido muerto de un martillazo o si había sido envenenado
con Racumín.
Para desgracia de operadores filosófics
como Santiago Kovadloff, teórico de la tolerancia postvolteriana, el bibliófilo
Alberto Manguel fue designado director de la Biblioteca Nacional. El susodicho
reside en Canadá y posee una granja medieval en cierto paraje de la campiña
francesa, donde, se dice, atesora 30.000 libros. Su permanencia en Buenos Aires
duró cinco días, que utilizó para una media docena de reuniones y para infundir
zozobra a los trabajadores de la Biblioteca. Aseguró que no será su función
echar gente. Y partió. Es altamente probable que ocupaciones más interesantes e
impostergables hayan influido en su decisión de dejar el país. Se puede
asegurar, también, que la elección del bibliófilo fugado sea toda una opinión
de la dirigencia oficial respecto de la cultura: por un lado la noción de
cultura vinculada al coleccionismo fetichista -porque nadie en sus cabales
puede afirmar que leyó 30.000 volúmenes- y, por otra parte, la necesidad de
encontrar a un personajón desdibujado pero imbuido de cierto tufillo
francobritánico como reaseguro de la alta cultura. En definitiva, la suma de
dos prejuicios decimonónicos de país colonial.
El Presidente Macri difundió una
fotografía de su perro, llamado Balcarce, sentado en el sillón
presidencial.
La Secretario de Comercio, Miguel Braun,
que proviene del grupo económico Braun Menéndez-Menéndez Behety, propietarios
de la cadena se supermercados La Anónima, difundió la noticia de que los "precios
cuidados" culminarán en abril de este año, anunciando así la defunción del
único control de precios que favorecía a los consumidores y que daba
oportunidad a segundas marcas para tener mercado. De continuar una
política de precios libres, favorable a los grupos monopólicos, podría
proponérsele al Secretario de Comercio que inculque a los empresarios una
práctica que sus ancestros patagónicos llevaron al paroxismo: pagar
salarios con vales, sólo cangeables en los establecimientos de los emisores
de los vales. Esta política premonetaria, también utilizada por Patrón Costas
en sus establecimientos de Salta, resolvería, además, el problema de
la emisión indebida, de la liquidez, de la competencia y, más aún, de
los salarios.
Se pueden consultar los cortes programados
de energía en la página del ENRE. El titular del ENRE fue gerente de Edesur, de
modo que es aceptable que la información sea fidedigna.
El Estado se endeudó en 5.000 millones de
dólares. Recurrió a un grupo de bancos extranjeros, entre ellos el HSBC, el
Deutsche Bank y el JP Morgan, para que le prestaran la divisas. Como garantía
de este préstamo el Estado entregó 10.000 millones en títulos públicos con una
cláusula de devolución de 11 meses. De no pagarse este compromiso, los bancos usureros
se quedarán con los bonos más una ganancia de 300 millones de dólares que es el
costo financiero de la operación. Los bancos intervinientes como prestamistas
tienen funcionarios en la administración macrista, distribuidos en puestos
claves de la dirigencia económica.
Barak Obama visitará a la Argentina el
próximo 24 de marzo, día en que se cumplen 40 años del sangriento
golpe de Videla y sus neoliberales. La Dra. Lilita Carrió anunció que no
irá a Roma.
Durante el aquelarre justicialista o congreso
partidario, el senador por Río Negro, Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada
de senadores de FPV solicitó un acuerdo político para que gobernadores e
intendentes que requieren ayuda financiera la logren para salir del default.
Fue abucheado pero Pichetto se mantuvo lo más campante. Pocos días atrás, había
criticado duramente la política económica impulsada por Kicillof, culpándolo de
la errática situación actual por haber sido "un mal ministro de
economía".
El regreso al libre mercado y, por ende,
la paulatina desactivación del Estado como regulador y promotor de políticas
públicas, muestra su cara feroz en las medidas adoptadas en los últimos tiempos
por el gobierno macrista. El festín de los grupos económicos, el
enriquecimiento derivado de la transferencia de fondos y del levantamiento de
medidas restrictivas a la importación, la desregulación del control cambiario,
son algunos de los lados de una caja que encierra nuevos obstáculos. Una
devaluación del 50 %, la suba desorbitada de los precios del consumo,
el alza de las tarifas -en algunos casos de hasta el 500 %, los despidos...
Economistas salvajes y agoreros como Espert, Broda o Melconián comienzan a
ver cumplidas sus profecías: el mercado es el supremo hacedor y los salarios
son un costo que hay que evitar.
Un viejísimo y agrio adagio español
puede ser útil para tipificar la indiferencia y el utilitarismo de los ricos,
aunque la palabra se le asigna, en el refrán, a un
campesino bruto: “Justo que el burro se había acostumbrado a trabajar sin
comer, se me murió”.
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