DESOCUPADO
Salmo 2000
Un desocupado, Dios, es una pieza única
que hace a tiempo completo su trabajo;
una pieza insustituible
a
todo el engranaje;
una mudez; un grito; un balbuceo;
un canal nivelador
que
espera aguas,
aparentemente más cerca de la sequedad
y el
olvido
que de la administración planificada
de
riquezas.
Un desocupado, Dios, con su desierto
y su
niebla,
vital a este equilibrio de espejismo,
donde cada cosa empuja o devora
a cada
cosa.
Se repite, se confunde, y se alza
ya como discurso
de escena, que el desocupado está
desocupado
de toda función o todo uso,
mientras la máquina infernal, abismal,
ahonda el pozo.
Poema leído por Eduardo Dalter en la jornada de Clausura del XXV Festival
Internacional de Poesía de Medellín, en la Plaza de los Pies Descalzos, el
sábado 18 de julio de 2015.
Eduardo Dalter (Buenos Aires, 1947).
Eduardo Dalter (Buenos Aires, 1947).
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