EL
SCIOLISMO EN LA POESÍA
Introducción
y selección de textos
Julián
Axat
El
peronismo siempre se nutrió de poetas “depuestos” y “oficiales”. Los depuestos como Marechal o Urondo fueron
los perseguidos por su filiación y por una forma de pensar la poética desde la
vida y la militancia. Los poetas
oficiales no suelen asumir semejante riesgo, su pluma se exhibe desde
escritorios y oficinas; pero no por ello dejan de ser hacedores de versos cuyo
origen pretende los mismos arcanos nacionales y populares. Alejandro Arlía (A.A.),
es, al menos para mí, uno de los funcionarios más lúcidos del Sciolismo; actual
Ministro de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, intenta una
escritura poética con resabio pícaro y tono tanguero.
No diré que se trata de
versos con altura porque de hecho no lo son, pero al menos el tipo muestra un
costado que pocos sciolistas se atreven, y que deberían envidiar.
Acá
copiamos algunos de los versos que hallamos en su blog:
SOPA
DE LETRAS
Las
letras están en la calle, en la soledad, en el vermouth que no tomamos…
Las
letras se empujan unas a otras en busca de la palabra exacta.
Las
letras buscan el límite para traspasarlo.
Las
letras se incomodan premeditadamente.
Las
letras y las palabras viven en estado de guerra
pero
a veces alcanzan una tregua.
Las
palabras son despiadadas,
salen
a cazar letras para cumplir su objetivo.
A
veces nobles, a veces perversas, las palabras responden incondicionalmente, a
los objetivos de una matriz que no manejan.
Las
oraciones sentencian. Ellas imponen el orden, la estética, el efecto, el
resultado de tantos movimientos simultáneos.
Cuando
las letras y las palabras son libres
se
vuelven poesías y canciones,
huyen
hacia la ficción, espantadas de tanta realidad.
A.A.
APOLOGÍA
DEL PIROPO
Hoy
me levanté pensando en piropos.
Se
perdió en la mayoría de los casos, se deformó en otros, una “tradición” que
formaba parte de la cultura de los Argentinos, y que a mi entender era muy
linda, más allá de las controversias sobre los límites de los piropos y la
reacción de las mujeres al recibirlos.
Me
acuerdo del primer piropo que escuché, y que iba dirigido a “mi vieja”, que me
llevaba de la mano por Caballito, cuando yo tenía 4 años.
Me
dio tanta bronca, que me di vuelta inmediatamente para insultar al remitente,
ante la risa de la destinataria, que todavía recuerda el episodio.
Puesto
en la misma situación, hoy haría lo mismo (se trata de mi vieja, diría Pappo)
pero reivindico el valor de un piropo lindo, y lamento no saber demasiados
(tema que estudio en estos días) aún pese a no tener margen para utilizarlos
(recuerden: casado, una hija, ministro).
Creo
que es lindo decirle un piropo dulce, romántico, pícaro a una mujer.
Creo
que en los barrios las rosas y los jazmines extienden su silueta perfumada
cuando un caballero piropea a una dama.
Es
así, al menos, detrás de esta coraza de Caballero Medieval que hoy luzco sin pudor
alguno.
Incito
a mis lectores y lectoras a enviarme piropos para mi conocimiento, y fines que
estime corresponder.
A.A.
BIRTHDAY
Se
acerca mi cumpleaños. Nuevamente.
Mis
amigos y yo vamos a juntarnos en un rito que repetimos unas diez veces al año.
El
vino va mejorando con el paso del tiempo, nuestros hígados no.
Hay
chicos corriendo alrededor, y nuestras voces -cada vez más fuertes- repiten
anécdotas viejas. Cada día nos divierten menos, pero la nostalgia las mantiene
vivas, y nos reímos un ratito a cuenta del pasado.
Nuestra
música es difusa. Ya miramos con otros ojos a los tangueros.
A
nuestros ídolos les permitimos que envejezcan más rápido que nosotros: ellos
nos guían en el camino. Por eso les perdonamos sus agachadas, porque al fin y
al cabo son de los nuestros.
Ya
somos los jóvenes de ayer. Nos vestimos con distintos tonos de grises.
Chin
Chin amigos! Por ese vaso medio lleno que es la vida.
Por
esa vida que llenamos todos los días, mientras se escurren los minutos, de casa
al trabajo, y del trabajo a casa.
Salud
y pesetas! Por muchos instantes de felicidad, que nos sirven para seguir
pegando de a pedacitos un cuarto de libra de alegría.
VIVO
Vivo
esquivando las trampas de otras gentes: de los que me precedieron en el campo
de la hipocresía y los buenos modales. Vivo esquivando los corsets morales, los
diplomas de corrección, dicho de otro modo, vivo esquivando ese personaje que
habita en mí y que acapara la atención de los otros mortales, tan poco
proclives al desplante como a la alegría
de un instante.
Tengo
modelos que quiero y esquivo.
CUANDO
YA NO ESTEMOS
Cuando
ya no estemos
no
voy a necesitar un nuevo cuerpo
voy
a poder prescindir de todas las formas
felizmente,
sin preámbulos.
Voy
a ser un concepto
a
perdurar sin tiempo
a
desplazarme sin espacios.
Se
activará mi memoria selectivamente
y
los secretos serán a viva voz
y
las mentiras, volátiles, innecesarias.
Cuando
ya no estemos
libre
de todo
al
fin suelto
voy
a saber de vos sin etiquetas
no
va a quedar en pie un solo miedo
voy
a ser yo finalmente
cuando
ya no estemos.
A.A.
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