miércoles, 8 de febrero de 2017

Eduardo Pereyra Rossi, Nuestro país para siempre

Convoco a los que todos los días se levantan
y salen a yugarla por migajas que no alcanzan,
a que se rebelen.

Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir
al templo que envejece los corazones.

Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera,
buscando una razón.

Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber
a pesar de sus buenas intenciones.

Convoco a los que no comen lo suficiente
ni se abrigan lo necesario
y tienen sed torrencial.

Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás
ambicionar más de la cuenta.

Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente
y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.

Los convoco a romper lo que no sirve,
a perpetrar los robos necesarios,
y a recuperar lo perdido.

Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas
donde encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles, a ventilar las tumbas
y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.

Los convoco a abrazarse en las plazas del país,
a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores.
Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.

Los convoco a agitar banderas y colores
y correr liberados por las calles
y por los campos húmedos de rocío.

Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta,
a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.
Y si, a esa convocatoria por impolítica no concurre nadie,
¡Mala leche! Quedan entonces convocados
al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea.

Si a ésta convocatoria vienen algunos,
pero no todos los convocados,
no importa, en la próxima seremos más.
Y si a esta convocatoria, vienen todos los convocados,
la cordura habrá invadido en Revolución
nuestro país para siempre.




Poema "Convocatoria". 
Eduardo Pereyra Rossi, “Carlón”, nació en La Plata el 19 de enero de 1950. Fue secuestrado, junto a Osvaldo Cambiasso, del bar Magnum de la ciudad de Rosario, el 14 de abril de 1983, por una patota parapolicial. Sus cuerpos fueron encontrados tres días después en la localidad de Zárate.  La dictadura cívico-militar “informó” que fueron abatidos en un enfrentamiento con la policía.

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