miércoles, 21 de enero de 2015

Julián Axat, Si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas












RIMBAUD EN EL PARNASO

si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas
asistiríamos al cadalso de los jueces burócratas
fungibles
y cada firma banal en un expediente del Mal escrita
con sangre
de la cabeza que rodaría
si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas
los aparatos mediatos de poder se hundirían en
miserables poleas
y los buenos padres de familia de día verdugos de
noche invertirían su rol
si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas
los pibes pidiendo en las esquinas hallarían un gran
embute enterrado
y antes de disfrutar los restos de la revolución
fracasada
entregarían sus armas a cambio de un futuro
promisorio
si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas
los reyes del juego y el hampa de los presupuestos no
dormirían tranquilos
ante el merodeo de soñadores de absoluto buscando
ejecutar órdenes de jueces poetas
si la justicia poética tuviera facultades ejecutivas
solo otro poeta podría invocar desobediencia debida



En: “Rimbaud en la CGT”, Libros de la talita dorada, 2014.

Julián Axat (La Plata, 1976). 

miércoles, 14 de enero de 2015

Jorge Brega, cuatro poemas de ausencia


FOTO

Un montón de zapatos bajo tanto cielo.
Detrás el alambrado temblando en el aire tenso.
En primer plano unos anteojos quebrados en el barro.
Al dorso una fecha manuscrita:
marzo 24,
el año es ilegible,
el país duele demasiado.


SECUESTRO

Esa niña atónita.
El cristal quebrado en el ventanal enorme.
Cielo, sobre todo.
Y el follaje como un país temible.


ELLA

Podría respirar profundamente,
podría mover con lentitud los dedos de la mano
justo debajo del rayo lunar
(él siempre prometió sellar la gotera por donde ahora penetra esta luz),
podría hamacarse en la silla que ellos perdonaron
haciéndola oscilar sobre las patas traseras,
podría llorar
o tararear la canción de moda,
pero se mantiene en pie,
ha levantado la tela que cuelga a modo de puerta
y dirige su mirada hacia el fin de la noche.


VISIÓN

Se inclina ahora
recoge
del fuentón alguna prenda
la mujer
que
tras los vidrios
me recuerda


lastima esta luz
y ella en
             su giro
parece
que danzara
                  bella
como cuando
gemía (mos)
junto al río

no quiero verla
y
sin embargo
¡su cintura!
sin
embargo su
insolente pecho
su
pollera.



VUELO

El hombre arrojado
del avión
            al mar
piensa
aún en el aire que
no está muerto
quien pelea

pese
a la somnolencia de
la droga
           atina
a mover los
brazos como un pájaro

entonces ve el país
la costa del país
una sombra
                lejos

nada
más bello ahora
nada más
             corazón

hincha el pecho y
tal vez esa
voltereta sea su
                        saludo

ah no poder
                sostenerle
no dar con él
batalla en cielo abierto

alcémonos

que el hombre
dislocado en el impacto
con el agua oiga
nuestro canto
                    antes
de desaparecer.


En: “Poemas de ausencia” (1976-1983), Nudos, 1984.
Jorge Brega (Buenos Aires, 1949). 

martes, 13 de enero de 2015

Demetrio Iramain, A la poesía le creció sarna


SARNAS

a la poesía le creció sarna
en los dientes sarro y
sin embargo entre 20 y 30
hombres o mujeres según
es posible ver diariamente
en la puerta de la poesía

revuelven raspan con palitos
un hueco profundo
partes de la piel sin cuerpo adentro
misterios mientras

afuera puede estar lloviendo tiros
la muerte se paseara saludando por ahí 
o una mujer o varios

esto explica por qué otras circunstancias
del mundo no han podido
tener nunca nada con la poesía
y menos torcerla como
tristeza desafiada por ginebras

no obstante ello insisten en
extraña relación que sucede
los tiros la muerte una mujer
o los tres a la vez pero

a la poesía no le interesa eso
ni otras cuestiones por el estilo 
la poesía es siempre otra cosa
ejemplo: a mi pueblo lo mataron
con compañeritos adentro y
ahora está en la calle otra vez y

era la poesía


En: “Poemas de mi yo concurrido”, Ediciones vigilias, 2003.
Demetrio Iramain (Buenos Aires, 1973).
Pintura: “The Jabach Altarpiece ”, 1504 de Albrecht Dürer (1471-1528, escuela alemana. 
Óleo sobre 2 tablas.

lunes, 12 de enero de 2015

Jorge Falcone, Quizá los compas habitan el sueño


MARISAL DE ALEJANDRÍA

Anoche viajé con Alejandro De Sio
a bordo de un carromato y retozando
como dos campesinos medievales,
cual Gargantúa y Pantagruel acaso,
pero hablando de Proudhon
(aunque, de anarquistas,
nosotros nada).
Lo que ahora más recuerdo es
el sol y la alegría.
Mas tarde visité a Marisa Wagner,
también resplandeciente y conviviendo
con un loquito manso
que la mima y la cuida,
ya nunca más a la intemperie
que acechaba a
las puertas del Bar “La Forja”,
cuando antes de abordar la madrugada
en voz baja consultaba
“¿está en pareja el
compañero Maissa?”
Entonces - pienso –
quizá los compas habitan el sueño y
no otra comarca sino esa
es nuestra Shangri - La,
nuestro Eldorado, Hiperborea...
Sonríen aún en la napa más honda
de una conciencia que abonará
el humus no sin antes
viralizar su memoria en
el afecto de unos cuantos.
Como supuso Ermanno Cavazzoni
en Il poema de i lunatici,
su voz arriba desde el fondo
más profundo del aljibe nuestro,
donde por fin ya todo es calma,
apacible mañana, y se ignoran
el desprecio y la bofetada.-


En: “Tomarse la vida a Peche”, 2014.
Jorge Falcone (La Plata, 1953).
Ilustración: Michela Boccalini (Roma, 1986). 

viernes, 9 de enero de 2015

Vicente Zito Lema, Hay gente que es artista sin tener conciencia de serlo



     Hay gente que es artista sin tener conciencia de serlo. Entonces sueña como artista, vive su arte y su vida es un arte. Es gente que anda por ahí, sin pensar en la tierra ni en el cielo y que actúa en armonía con algo que la sociedad no quiere que exista y por ello se confabula para abortarlo, o destruirlo. Es una armonía que se establece con lo desconocido, por lo perverso, con lo reprimido, con la ansiedad de lo divino y con el deseo de matar, que es igualmente necesario. Esa armonía los hace artistas, y no tienen conciencia de serlo. Si tuvieran conciencia, quizás todos los prejuicios que existen sobre el significado que socialmente tiene “ser artista” harían que su acción vital se desvirtuara. Son inocentes. ¿Los hay? Sí, los he encontrado. Están en los loqueros, a veces debajo del agua, o en un bodegón. Me topé con una artista en Neuquén, parecía una piedra de oro tirada en la montaña. Hablando horas y horas con esa vieja mapuche supe que ella era la vida y era el arte. Me dijo que antes de hablar conmigo iba a soñar conmigo, que en el sueño descubriría si yo era o no una persona de confianza. Tuve la suerte que al otro día me hablara y pude entender la lengua del viento. Ella encarnaba todo lo que yo había puesto en la utopía del arte. Ella era la poesía, mientras tomábamos mate, me acariciaba la mano y escuchábamos al viento. 
     Cuando esos auténticos artistas toman conciencia de lo que son, racionalizando lo que son, esa conciencia los “ensucia” y dejan de ser lo que eran en el mismo momento en que lo descubren. El espejo se rompe en mil pedazos. 
     Hay también gente que tienen conciencia de lo que es el arte, a partir de la reflexión sobre lo que están creando. Y aquí surge otra vez la división. 
     Están quienes actúan de artistas, impostan de artistas y a partir de la cristalización de la pose y del rol pervierten y depravan el verdadero sentir del artista. Cuanto más crece el reconocimiento social más pronto se convierten en la máscara, en la payasada de aquello que, como hombres, alguna vez fueron. 
     Hay otros, los hay, los hay, que sufren con el peso de esa conciencia y pese a todo intentan mantenerse limpios, lo limpio que se puede ser en la gran cloaca. La pregunta que se hace esa clase de artistas es: ¿Estoy vivo o estoy muerto? 
     Yo creo que se responden, con vómitos y balbuceos. Creo que el artista de esta raza sabe que está muerto, condenadamente muerto, y tiene miedo de estar muerto y por eso hace arte. Para escapar de su muerte. 




Revista Cerdos & Peces, edición de agosto de 1990.
Vicente Zito Lema (Buenos Aires, 1939). Poeta.

Imagen: VZL. Extraída de FM 713, Radio Escolar, Esquel, Chubut.

lunes, 5 de enero de 2015

Vicente Zito Lema, En memoria de Darío Santillan y Maximiliano Kosteki


PRELUDIOS DEL AMANECER

In memoriam de Darío Santillan y Maximiliano Kosteki

      
La noche se presenta pálida y agónica,
como un testigo de la eternidad.
Tengo preguntas en la noche...
La luna quiere saber de la mar: su estruendo
la espanta.
Enjambres de flores alucinadas increpan
la desolación de la tierra: se marchitan.
Los niños escuchan las respuestas de las
vírgenes de la piedad: el hambre
no tiene respuesta.
Mil preguntas flotan en la noche. En el cielo
del perpetuo socorro se alza una cascada de nubes rojas.
Sé que la agonía de la noche es el comienzo
de todas las agonías. Veo venir los soplos
siempre agrios del dolor que se llama soledad.
Sé que la eternidad de la noche es un espejo
de la fugacidad del día. Escucho los pasos
de la resignación. (Son de mi cuerpo,
pero no son míos...)

La voz de mi madre llega con la liviandad
de un susurro, el viento del sur mueve
las cañas de bambú
y ella aleja la palidez de la noche

-Te conozco. Nunca te resignarás. Ya
de niño preguntabas todo.

-¿Por qué la muerte de esos cuerpos, madre,
sangrando como ríos por la calle?

-¿Por qué la muerte de esas almas, madre,
ya secas como piedras, arrastradas como sacos
de basura, en la estación de tren de Avellaneda?

-¿Ellos que deseaban, hijo?

-Uno se agitaba por el reino de la belleza...
El otro pretendía la justicia del cielo
aquí, en la tierra...

-Ya tienes las respuestas sobre sus muertes, hijo...

¿Siempre será así, madre?
Los cuerpos devorados en su vida…
Las almas perdidas en su muerte…
Los cielos de diciembre son espejos de sangre…
¿Siempre será así, madre…?

Tienes la respuesta en tu propia boca, hijo…
No lo olvides: el que calla, otorga…

La noche avanza sobre el día,
pálida y agónica.
La única eternidad que se escucha es el silencio.
De los muertos es la quietud de la muerte.
De los vivos es la desesperación de la vida.


Vicente Zito Lema, Buenos Aires, 1939. Poeta.